Carlos Martínez Gorriarán-Vozpópuli

Es muy probable, amable lector, que no tengas demasiadas ganas de votar este domingo. La abstención no para de crecer por razones perfectamente conocidas, resumibles en una frase sencilla: el profundo divorcio entre clase dirigente y mayoría social. Es probable que pienses, con razón, que ninguna lista de las que te piden el voto merece tu confianza. Pero las elecciones locales y autonómicas del domingo se han convertido en un plebiscito sobre el futuro de Pedro Sánchez y su coalición de comunistas, golpistas, separatistas y terroristas. No solo elegimos alcaldes, sobre todo votamos echar o dejar seguir al gobierno más calamitoso y dañino desde 1978.

Una oportunidad excepcional de cambio que no veíamos desde aquel 14 de abril en que España despertó siendo una monarquía y se acostó republicana (y hay justicia poética en que ahora los expulsados en este plebiscito vayan a ser los mismos que tanto idealizan aquél). La ocasión merece el esfuerzo de acudir el domingo al colegio electoral y elegir el voto que más eficaz resulte para cerrar el peor capítulo de nuestra historia política reciente. A continuación, enumero 25 razones del porqué. Podrían ser 50 o 100, pero si dudas quizás alguna de ellas te anime a votar Sánchez no, nunca más.

1 – Sánchez miente siempre, sobre todo y a todos. Miente al mundo, a Europa, a los suyos y nos miente a ti y a mí, lector. Su gobierno es la guerra permanente contra cualquier verdad.

2 – Gobierna corrompiendo, enfrentando, abusando, restando. Coloniza las instituciones para liquidar su independencia, llenándolas de secuaces.

3 – Aprovechó la pandemia, que primero negó una y otra vez extendiendo el contagio, para imponer estados de alarma inconstitucionales, cerrar el Congreso, recortar las libertades de reunión y movimiento con esa excusa.

4 – Ataca la división de poderes, pues el Gobierno se salta al Congreso, ataca al Poder Judicial y convierte el Constitucional en un órgano que inventa derechos, retuerce la Constitución y modifica leyes.

5 – Gobierna con comunistas, golpistas indultados y terroristas blanqueados. Su partido incluso recurre a la compra de votos para alterar la voluntad popular.

6 – Absuelve al terrorismo convirtiendo a los etarras en sus socios preferentes, legitimando los fines por los que asesinaron y regalándoles más influencia y poder, haciendo de los asesinos modelos de virtud política, y llamando a esto “paz”.

7 – Catalaniza la política española apoyando a los golpistas y la corrupción con impunidad, indultos y retirada del Estado de Cataluña, abandonada a rufianes, racistas y trincones.

8 – Adopta el acoso nacionalista al pluralismo como vía para eliminar rivales políticos, convertidos en enemigos difamados, marginados, envilecidos desde las tribunas gubernamentales.

9 – Intenta imponernos su ideología y creencias mediante leyes que niegan la naturaleza sexual, dan derechos a los animales y dictan qué historia debemos creer, cómo debemos sentir y hablar.

10 – Adopta las ideologías de género y queer que atacan la masculinidad, multiplican los géneros, imponen un lenguaje artificial y censuran la disidencia.

11 – Convierte a las mujeres en menores de edad dependientes de la protección legal del Gobierno, y dice defender su libertad sexual liberando violadores condenados.

12 – Aprueba leyes absurdas y oportunistas que aumentan la inseguridad jurídica, el poder discrecional del Gobierno y la indefensión ciudadana.

Máquina de bulos y desinformación

13 – Financia con el Presupuesto la manipulación estadística e informativa de los Tezanos y la máquina de bulos y desinformación a su servicio.

14 – Ha convertido los servicios públicos en pura ineptocracia donde todo es arbitrariedad, incompetencia, opacidad y oscurantismo, convertidos en una tortura para el ciudadano, que paga más que nunca a cambio de menos.

15 – Lleva al apogeo la multiplicación de organismos públicos inútiles y costosos, convertidos en agencia de colocación y recompensa de los suyos.

16 – Protege al okupa y abandona al propietario, subvenciona el fraude y castiga el trabajo, apoya al comunista y ahuyenta al empresario.

17 – Arruina al país dejando la herencia de una deuda y déficit público disparados, utilizados para comprar voluntades, intentar controlarlo todo e impedir que nazca nada nuevo. El capitalismo de amiguetes medra como nunca mientras grandes empresas huyen a países más hospitalarios.

18 – Convierte los medios de comunicación públicos y privados cómplices en servil aparato de propaganda, bombo peronista y batucada podemita.

19 – Juega con el recuerdo y restos de Franco para resucitar la polarización de la guerra civil, reabrir heridas, inventar conflictos, cultivar el odio.

20 – Traiciona los compromisos de España con el Sáhara Occidental y sus habitantes por motivos e intereses inconfesables, hundiendo la reputación internacional española al nivel de satrapía provinciana.

21 – Logra que España no cuente nada en la Unión Europea ni en los foros donde se decide el futuro del mundo, reducidos al papel de país pedigüeño, imprevisible, desleal y carente de objetivos y principios.

22 – Somos campeones de Europa de paro juvenil y adulto, precariedad laboral, pérdida de poder adquisitivo y fiscalidad depredadora.

23 – Récord en falta de transparencia, fraude y manipulación, es incapaz de justificar y de informar a dónde van y en qué se emplean los fondos europeos y quién se beneficia de ellos.

24 – Vacía la educación de contenidos, impone el aprobado automático, desprecia la formación de la memoria y del pensamiento crítico, convierte la profesión docente en mezcla de mero administrativo y animador de fiestas infantiles.

25 – Abandona la profesión científica a la precariedad y la improvisación, y entrega la universidad a grupúsculos políticos, sindicatos y caciques, olvidando su doble misión de transmitir conocimiento y aumentarlo con la investigación.

Echar a Sánchez es la condición necesaria para regenerar esta democracia demasiado deteriorada, envilecida por prácticas mafiosas y atacada por ideologías insoportables. Ya discutiremos y trabajaremos la reconstrucción.