EL MUNDO – 28/06/15
· No era un día más. Sin duda, ayer se batió el récord de revisión de equipajes, de maletas, de bolsos. Ayer era el primer día cuatro, el primer día de un nivel de alerta antiterrorista cercano al máximo, al mismo nivel que se alcanzó tras producirse la masacre del 11-M.
Pero apenas se percibía. La ciudadanía no estaba sorprendida de ver, al emprender algún viaje, potentes controles policiales, agentes con armas cargadas al hombro y pertrechados con chalecos antibala. En España, por desgracia, este tipo de dispositivos son conocidos. No queda tan lejano el tiempo en el que las fuerzas de seguridad del Estado tenían que poner en marcha laS operaciones de cierre de una ciudad, las denominadas operaciones jaula, tras un atentado perpetrado por ETA.
El escenario en las grandes ciudades era parecido al de entonces. La secuencia de atentados del viernes y la elevación de la alarma al nivel 4 reeditó estas imágenes. Interior decretó la elevación de alarma ante el riesgo de un atentado e instantáneamente se activaron los sistemas de refuerzo tanto en la Guardia Civil como en la Policía y en el CNI.
Grandes centros estratégicos, vitales para el funcionamiento del Estado. Grandes centros de acumulación de ciudadanos. Grandes centrales energéticas… Un largo número de instalaciones consideradas sensibles para la seguridad de España estaban ayer aún más protegidas. Donde antes la consigna era observar y prevenir, ahora impera la de actuar a la mínima… Visto como operan los terroristas, las fuerzas de seguridad saben que cuentan con menos margen de confianza. «Al final se trata de tener el dedo más cerca del gatillo», resumía uno de los agentes que participa en este nuevo dispositivo de seguridad.
Sin duda a quien más le toca apretarse el cinturón es a quienes pertenecen a las unidades de investigación antiterrorista. Estos especialistas no pueden dejar un fleco abierto. El nivel cuatro de alerta afecta especialmente a la unidad central de información exterior de la Policía Nacional y las unidades antiterroristas de la Guardia Civil.
El control sobre todos los sospechosos registrados se incrementó durante una jornada en la que las vacaciones quedaron suspendidas para estas unidades hasta que el Ministerio del Interior opte por bajar de nuevo la alarma.
Pero, además, a los que les tocó reforzar también su seguridad fue a las empresas privadas. EL MUNDO ya adelantó hace apenas unas semanas que el Ministerio de Interior había tratado de fortalecer la colaboración de estas empresas para reforzar la lucha contra el terrorismo islamista.
Porque, como recordaban fuentes policiales, la seguridad exterior e interior no sólo de los centros estratégicos privados, sino también públicos está en manos privadas. «Sus ojos y sus oídos son claves», advertían estas fuentes. No en vano, el atentado perpetrado en Francia afectó precisamente a una empresa de gas privada.
EL MUNDO – 28/06/15