EL MUNDO – 29/09/15
· El partido garantiza que no le votará y rechaza una declaración unilateral de independencia, pese a las presiones de Convergència para que dos de sus 10 diputados apoyen la reelección del ‘president’.
· En Cataluña ha acabado la campaña electoral, pero ha empezado la guerra por el poder. Los resultados del domingo –con una mayoría absoluta independentista en escaños pero no en votos– tienen muchas aristas, pero la pregunta que se hace todo el mundo es la misma: ¿repetirá Artur Mas como presidente de la Generalitat?
La respuesta es todavía una incógnita, pero sí está ya claro que Convergència, que seguirá siendo el partido mayoritario del Parlament –tras descontar independientes de Junts pel Sí, la formación tendrá 28 diputados, por 18 de ERC–, va a defender con todo su poder que Mas siga al frente del Govern.
Las presiones a la CUP empezaron ayer mismo
El partido anticapitalista garantizó durante la campaña que no votaría a favor de la investidura de Mas y a Junts pel Sí no le basta con su abstención: sus 62 diputados suman uno menos que los 63 que reunieron los partidos no independentistas. Así pues, la coalición de Convergència y Esquerra necesitaría que dos de los 10 diputados de la CUP apoyaran en el Parlament al actual president, porque sus esperanzas de robarle un representante al PP por Barcelona con el voto exterior parecen poco fundadas: necesitaría 15.000 de las 16.000 papeletas recibidas.
El primero en presionar a la CUP fue el propio Mas, que ya antes de las elecciones dijo que «no sería lógico poner sobre la mesa como condición» su renuncia para alcanzar un pacto del que, según Convergència, depende la pervivencia del proceso soberanista.
Ayer, ante la insistencia de las preguntas de los periodistas y acompañado por Oriol Junqueras y Raül Romeva, el presidente de la Generalitat subrayó: «Entre los acuerdos que tiene Junts pel Sí, uno de ellos es que se me propondrá como candidato a la Presidencia de la Generalitat. No hay nada más que añadir».
La voz del coordinador general de Convergència, Josep Rull, se unió también a la de Mas y a la de los poderosos altavoces mediáticos del partido cuando advirtió a la CUP contra el riesgo de «desperdiciar esta oleada de esperanza».
Y, por la tarde, la portavoz del partido, Marta Pascal, remachó la presión cuando reclamó «sentido de suma y responsabilidad» a la CUP y añadió: «No me imagino un escenario de no acuerdo cuando en el país hay una mayoría muy clara sobre el futuro que quiere. Sólo me imagino un escenario de suma y de puntos de encuentro, por lo que debe haber un plus de generosidad».
Pero la CUP dejó claro que no va a ser fácil. Por si alguien no había captado aún el mensaje, el partido no dejó ayer resquicio de duda: Mas no puede ser quien encabece una hipotética ruptura con España. A la espera de las negociaciones que desea abordar con Junts pel Sí, Catalunya Sí que es Pot y «actores sociales», la izquierda anticapitalista se niega a conceder su imprescindible apoyo al actual president para que conserve el cargo.
La candidatura encabezada por Antonio Baños, gran triunfador del 27-S junto a Inés Arrimadas (Ciutadans), asocia a Mas con los recortes de servicios sociales, las privatizaciones del sector público y la presunta corrupción en Convergència, razones por las que lo veta. Aún más: la CUP cree que la política de tijeretazos del president lo invalida para implantar las exigencias que los izquierdistas pretenden poner sobre la mesa al nuevo Govern: plan de choque contra la pobreza y «desobedecer las leyes antisociales y de austeridad impuestas por Madrid y Bruselas», indicó Baños.
«Quien sea presidente deberá ejemplificar que empezamos una nueva etapa», dijo la número dos de la CUP, Anna Gabriel
La fuerza antisistema se supedita a lo que decida en asamblea, por lo que no anticipó si aceptaría a Raül Romeva u Oriol Junqueras como candidatos a suceder a Mas, como se ha elucubrado. En todo caso, Baños evidenció la desconfianza de su formación con el partido que gobierna ahora Cataluña: «Hay una línea roja con Convergència: no trabajaremos con recortadores y corruptos».
El futuro líder parlamentario de las CUP también fue rotundo al reconocer que el independentismo no venció en sufragios, un dato que Junts pel Sí minimiza o niega. «No podemos hacer una declaración unilateral de independencia porque el plebiscito no se ha ganado», admitió Baños.
Los anticapitalistas habían fijado en más de un 50% de sufragios la meta para declarar de inmediato la secesión. No obstante, Baños agregó que «sí hay una mayoría clarísima a favor de la independencia y aún más para la ruptura del statu quo», por lo que opinó que el desafío soberanista se ha adentrado en un «punto de no retorno».
6 semanas para elegir ‘President’
Artur Mas tiene como máximo seis semanas para celebrar el primer debate de investidura, que de apurarse los plazos tendría lugar el 9 de noviembre, justo en el primer aniversario de la consulta soberanista. Ese es el tiempo que tiene Mas para lograr que al menos otro partido apoye su reelección. Antes – con fecha límite el 26 de octubre – se deberá constituir el nuevo Parlament.
EL MUNDO – 29/09/15