ABC – 11/12/15
· El candidato del PP tiene dos metas: el voto de los indecisos y «no cometer errores»; el líder socialista admite que si no gana el 20-D será «un fracaso».
· La campaña electoral llega a su ecuador con una sensación clara de que mucho tienen que cambiar las cosas en la segunda semana para que se le escape al PP la victoria el 20 de diciembre.
A la espera del cara a cara, los dos debates en los que han participado Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias han tenido el efecto de acentuar la sensación de que lo que está en aire no es la primera, sino la segunda plaza, con la posibilidad de que el PSOE se vea superado por Ciudanos. Ese escenario, inédito en los últimos 35 años de democracia, ha llevado la incertidumbre a las filas socialistas, que han pasado de la incredulidad respecto a los sondeos a una clara preocupación.
La Dirección Federal se niega a admitir la validez de los trabajos demoscópicos y se aferra a la volatilidad del momento y a que todavía hay más de un 30 por ciento de indecisos. Aun así, ayer, por vez primera, Pedro Sánchez dejó de especular con los pactos que hará para desbancar al PP y dijo, sin ambages, que «si no gano, será un fracaso».
Sánchez toca a rebato
El líder socialista ha tocado a rebato entre los suyos y todos, incluidos los más críticos hacia su gestión, como Susana Díaz o José Luis Rodríguez Zapatero, han dejado a un lado las rencillas y parece que reman en el mismo sentido. El temor a que un mal resultado no solo dé la puntilla al PSOE, sino que deje al partido que ha gobernado 21 años en democracia fuera del gobierno durante mucho tiempo o que incluso inicie un declive definitivo, está pudiendo más que las intrigas internas para el día siguiente al 20-D.
En el PP creen que el PSOE está cayendo, pero no tanto. De hecho, recuerdan que este partido «tiene una base muy sólida, más de lo que estamos viendo», y por eso no cree que finalmente se desplome tanto como se ha comentado.
«A la desesperada»
Están convencidos, eso sí, de que el líder socialista atraviesa un momento de máxima debilidad, y por eso esperan que en el debate del próximo lunes contra Mariano Rajoy vaya «a la desesperada». Se esperan sobre todo los ataques «dirigidos a temas como la corrupción y la desigualdad».
Sánchez, o así lo ven en el PP, «se la juega» en este debate, mientras que Rajoy puede afrontarlo desde una situación mucho más relajada, y también más cómoda.
«Pedro Sánchez se equivocó al acudir al debate a cuatro», avanza un dirigente nacional. Y lo explica: «Al hacerlo, se igualó con los demás, en vez de ir a un debate a dos y medirse solo con el presidente. Y ese error ahora lo está pagando».
Al PP le queda por delante la mitad de la campaña, y es evidente que por el momento su primer objetivo es que salga bien el debate del lunes en la Academia de Televisión. Pero no es la única meta. Saben que tienen la necesidad perentoria de recuperar al menos en parte el electorado perdido en las últimas citas electorales, aquellos de sus votantes que en las municipales y autonómicas prefirieron quedarse en casa y no ir a votar, como castigo probablemente por medidas que no entendieron y que nadie les explicó.
En este sentido, aseguran en la cúpula del partido que ahora se notan los frutos de esa labor didáctica que llevan meses desarrollando, y cuya mejor escenificación es la «nueva política de comunicación» del presidente Rajoy, que le saca a diario a dar paseos por las calles de distintas localidades de España a dejarse ver, fotografiar y besar por los ciudadanos.
Voto oculto
Pero, además de recuperar el votante perdido, los populares tienen también otra misión por delante: hacerse con ese 20 por ciento largo de indecisos, que en las encuestas aseguran no tener claro a quién van a votar. Creen también que entre ellos hay muchos que tienen intención de votar al PP pero no lo dicen, por diferentes razones.
En los próximos días, el PP seguirá con la estrategia seguida hasta el momento: mucha campaña digital, mucha visita a pequeñas localidades, mucha calle, en definitiva, y una prevención: «No cometer errores». Saben que a estas alturas de la campaña una equivocación podría pagarse cara.
Ellos seguirán su rumbo mientras «los demás se van desfondando», asegura un responsable nacional, convencido de que tanto Ciudadanos como Podemos contarán al final con menos apoyos de los que las encuestas indican, por el «tirón» de las dos grandes «marcas» políticas: PP y PSOE.
ABC – 11/12/15