EL MUNDO 26/07/17
EDITORIAL
EL PSOE, tras ceder Pedro Sánchez a las presiones del PSC, incorporó por primera vez en su historia durante el último Congreso Federal la plurinacionalidad del Estado en su ideario. Esta decisión, lejos de cerrar el debate interno sobre el modelo territorial, no ha hecho más que encresparlo aún más. Desde entonces, los socialistas no han hecho más que dar muestras de la división que sigue generando un asunto que revela tanto la falta de un modelo de partido cohesionado como las profundas disensiones alrededor de la idea de España. Ambos déficits resultan incompatibles para un partido con vocación de Gobierno.