Ignacio Marco-Gardoqui-El Correo
Cuando nos referimos al País Vasco, y da igual el objeto de análisis que nos ocupe, si sacamos una foto y hablamos de valores per ćapita, siempre salimos bien en cualquier comparativa. Acostumbramos a ocupar el liderazgo español y nos situamos en la cabeza de los ránkings europeos. Sin embargo, si evaluamos tendencias, si, en lugar de una foto sacamos un vídeo y cuando utilizamos valores absolutos, la cosa cambia radicalmente. Las tendencia acostumbran a ser descendentes. El resumen de todos los resúmenes lo tenemos en los cálculos del Cupo, cuando se fija la cantidad que debemos aportar a la Hacienda española por las competencias no asumidas. Utilizamos para ello un porcentaje del PIB, el 6,24%, que milagrosamente no ha cambiado en los acuerdos desde que se fijó allá por los primeros tiempos de la transición. Sin embargo, las estadísticas que proporciona el INE demuestran que solo hemos superado una vez ese porcentaje, mientras que es menor, de manera constante, a lo largo de los años.
Ayer mismo, en estas páginas, conocimos que la población ocupada en el sector industrial ha bajado por primera vez del 20% del total tras perder 12.500 empleos en cuatro años. ¿Cómo es posible? Muy sencillo, si a la vez vemos que el PIB industrial se ha desplomado en 37 años desde el 45,2% hasta el 21,46%. ¿Es sana esta tendencia? No. El PIB industrial es más consistente, proporciona más y mejor empleo, lo asienta mejor en el entorno y lo paga más. ¿Suficientemente más? Pues parece que no a la vista de las dificultades que confiesan tener las empresas para ocupar los perfiles que necesita.
En la panorama del empleo vasco hay más cosas interesantes. Por ejemplo, de las 520 huelgas que hubo en España el pasado año, 283, el 54% ocurrieron en el País Vasco a pesar de que el salario medio fue (año 2021) de 2.452 euros frente a los 2.086,8 de la media española, en donde además se trabajaron más horas por persona empleada. Otra, el absentismo vasco fue del 9,8%, superando ampliamente al español que se quedó en el 6,7%.
Una última. El sector público ocupa a 152.800 personas, el 21,7% del total, cifra que supera, repase más arriba, el porcentaje del empleo ocupado en la industria. En el mundo privado, todos los sectores que cuentan con una elevada carga administrativa, como la banca, los seguros, etc, han visto severamente reducidas sus plantillas, gracias al uso masivo de la informática y las comunicaciones. El sector público no. Usa también la informática las comunicaciones de manera masiva (salvo quizás en la Justicia) pero a la vez aumenta sus plantillas a lo grande. Y, por lo que parece, no todos van a engrosar la atención primaria de Osakidetza… ¿Cómo sobrevivimos a esta evolución? Pues hasta ahora gracias a las mejoras de productividad. ¿Conseguiremos mantenerlas en el futuro? No lo sé, así que, si no le importa, me lo pregunta cuando lleguemos al futuro.