- En 2022, Grande-Marlaska desmanteló el grupo Ocón Sur, el equipo de elite de la Guardia Civil que se enfrentaba a los narcotraficantes en Andalucía
En su segunda acepción en el Diccionario de la Real Academia Española, «cunero» es «un candidato o diputado a Cortes: Extraño al distrito y patrocinado por el Gobierno». A lo largo de la democracia española ha habido muchos diputados con estas características: ministros y secretarios de Estado que eran colocados en la lista electoral de alguna provincia. Y es una práctica común a todos los partidos que han tenido responsabilidades de Gobierno en España.
Cuando uno es ministro de Exteriores y acaba de cunero en Córdoba, las labores de su ministerio difícilmente pueden tener una conexión directa con tu circunscripción electoral, salvo convocar allí alguna cumbre internacional. Cuando eres ministro de Cultura y aterrizas como cunero en Palencia, poniendo un poco de empeño se encuentran formas de ayudar directamente a tu circunscripción. Lo que no habíamos visto nunca es lo del cunero Grande-Marlaska: maltratar a su propia circunscripción electoral.
Marlaska ha sido cunero por Cádiz desde mayo de 2019 hasta el pasado diciembre en que Sánchez hizo renunciar a los ministros más ocupados por sus tareas gubernamentales para intentar impedir el perder votaciones por ausencias ineludibles de los ministros. Hace 16 meses, en 2022, Grande-Marlaska desmanteló el grupo Ocón Sur, el equipo de elite de la Guardia Civil que se enfrentaba a los narcotraficantes en las costas de Andalucía. Este Órgano de Coordinación contra el Narcotráfico en Andalucía se creó a principios de 2018, bajo el Gobierno del PP, por la dimensión que estaba tomando el tráfico de narcóticos en el Estrecho. Las cifras de su éxito hasta septiembre de 2022 son abrumadoras: 1,1 millones de kilos de hachís, 35.146 kilos de cocaína, 59.275 kilos de marihuana y 2.445.025 cajetillas de tabaco de contrabando. Además, se detuvo a 12.813 personas, se incautaron 2.622 vehículos, otras 1.137 embarcaciones y 779.468 litros de gasolina. Vamos, que los agentes de Ocón Sur no se dedicaban exactamente a tomar el sol.
Todo el mundo en la zona sabe del control que tiene el narcotráfico en el Estrecho, pero Marlaska, a quien los gaditanos eligieron para representarles en Madrid, tuvo el valor el viernes por la mañana de dar una rueda de Prensa en Cádiz y decir que la situación está bajo control y la Guardia Civil cuenta con los medios adecuados para desarrollar su labor frente al contrabando. En la tarde de ese mismo día, los narcotraficantes estaban al abrigo del puerto de Barbate a causa del temporal, como harían los pescadores locales, y tuvo que ser el alcalde de Barbate el que llamara al subdelegado del Gobierno para pedirle que tomara medidas. Este representante del Gobierno de la nación no pudo enviar más que la paupérrima zodiac que fue hundida por la planeadora de los narcos en una sola pasada. Y en el puerto, multitud de jóvenes jaleando a los asesinos. Así de controlado está el problema.
Si cualquiera puede ver que el narco se mueve libremente por las costas de Cádiz, ¿por qué un diputado cunero en Cádiz desmantela el grupo de las Fuerzas de Seguridad encargado de hacerles frente? Si esa es la ayuda que Grande-Marlaska da a su circunscripción, ¿qué no hará el Ministerio del Interior en otras provincias? Cuando lo desmanteló, todavía era diputado por Cádiz. Es el mundo al revés. O no. El diputado cunero, en lugar de ayudar a su circunscripción, la perjudica. ¿Hay quien dé más?