Ah, y un patán

Por debajo de la mesa, le asoman las alpargatas.

La gente está muy acostumbrada a quejarse, mayormente del Gobierno: que si Sánchez está de vacaciones en La Mareta y que, mientras otros líderes dan la cara él se conforma con escribir un par de tuits, esa unidad básica de su pensamiento y posar para una foto con un atuendo inspirado por la viejísima regla de la Martirio. con el chándal y tacones, arreglá pero informal. Él lo hace al revés, no crean que plagia en todo.Con su traje y alpargatas.

Era inevitable, sí, que Pedro Sánchez plagiara a Ione Belarra, su socia de Gobierno desde que Bragueta Morada tomara el olivo. Su trabajo en vacaciones era tuitear desde la hamaca. El 4 de mayo de 2020, un año antes de que se nos revelara en todo su esplendor Isabel Díaz Ayuso, yo había escrito con propósitos definitorios que el tipo que nos gobierna es un mentiroso, un psicópata y un necio, todo ello según acepciones de estos tras conceptos que nos acercaba la Real Academia Española. Se me olvidó añadir: “y un patán”.

ADDENDA

El País acierta a cortar por lo sano

Mi admirada Bonnie Parker ha encontrado una versión más favorable del posado de Sánchez. No hay como cortar por lo sano para ponerle al líder un vestuario decoroso. Lo decía Robert Culp, en su papel de presidente de EEUU que interpretó en ‘el informe pelícano’, cuando su asesor le recomendaba un vestuario informal para una comparecencia televisiva: “Señor presidente, a esta hora de la mañana ponerse traje puede parecer un poco rebuscado. Me permito recomendarle una prenda más ligera, como un sweter”. Culp, que no era Pedro Sánchez, le replicaba: “El presidente de los EEUU va a dirigir un mensaje trascendente a la Nación, ¿y usted quiere que lo haga en jersey?” En fin, otro nivel.