ARCADI ESPADA-EL Mundo

Una distracción de los máximos responsables de los Mossos es hacerse un puigdemont en sus declaraciones ante el Supremo. Lo hizo el mayor Trapero cuando declaró que tenía un plan para detener al ex presidente en cuanto se lo ordenara la Fiscalía. La declaración dejó con la boca abierta a toda España en el tiempo que se lee un titular. Una vez cerrada los españoles se preguntaron qué plan iba a ser ese, aparte de ir a buscarle al despacho y decirle Puigdemont queda usted detenido. Ni que fuera Chacal. A la distracción se apuntó ayer López, que era el segundo de Trapero y ocupó su puesto en los días del 155. Según su relato hubo un momento «difícil de olvidar» en el encuentro de los mandos de los Mossos con la cúpula del gobierno de la Generalidad, tres días antes del referéndum manqué. Fue cuando Puigdemont dijo que si se daban los incidentes que los Mossos auguraban, «en ese mismo momento declaro la independencia». España volvió a abrir la boca y fue una lástima que ninguna acusación ni defensa –un personal que, en su mayoría, desconoce el arte imprescindible de la repregunta– se interesara por lo obvio:

– ¿Y por qué no la declaró, comisario?

Porque lo cierto es que el 1 de octubre, tal como recordó una y otra vez el comisario López, se formalizó el escenario de violencia y enfrentamiento previsto por los Mossos, sin que Puigdemont reaccionara.

La revelación de López, un hombre que dice aperturar, traccionar, peticionar,en contextos que las convierten en palabras sumamente vandalizadas, es, en cualquier caso, sensacional. Y más lo habría sido de llevarla a su lógica conclusión exculpatoria, ayer y, sobre todo, cuando acuda a declarar al juzgado que lo investiga por la supuesta pasividad represora de los Mossos:

– Señoría, se dará usted cuenta de que no hicimos nada, e hicimos bien, porque Puigdemont nos hubiera declarado la independencia aquel mismo día.

Por el contrario, en su declaración real, López insistió en que los Mossos no pueden ser en modo alguno acusados de pasividad. No solo, dijo, enviaron una pareja a cada colegio, siguiendo el dispositivo acordado, sino que algunas veces pasaron a la segunda fase, que suponía la intervención de las fuerzas antidisturbios. Volví a echar de menos la repregunta:

– ¿Algunas veces? ¿Cuántas, cómo, cuándo, dónde?

Lo cierto es que nadie parece haber visto imágenes de mossos utilizando la fuerza en algún colegio electoral. Ni siquiera tan anecdóticas como aquellas, que sí existen, en que los Mossos facilitan –y con buena cara– la celebración de las votaciones. En realidad la discusión sobre la conducta de los Mossos el 1 de octubre ya no tiene misterio tras la declaración de Trapero cuando dejó claras sus diferencias con el coronel Pérez de los Cobos: los Mossos solo utilizarían la fuerza si un policía o una tercera persona eran atacadas. Como el mismo Trapero, y como si fuera una salmodia aprendida a coro, López pronunció también ayer, remachando, las palabras que presuntamente les dirigió la juez Armas después de darles entrega del auto que les obligaba a impedir el referéndum: «Paciencia, contención y paz social».

La novedad es que esta tríada la bendijo, según López, el coronel Pérez de los Cobos. Al parecer también entonaba íntimamente la salmodia durante los días aciagos. Curioso hombre este Pérez de los Cobos: al tiempo que bendice la pasividad de los Mossos manda a sus tropas cargar. Curioso también que el mismo domingo, el mismo hombre y coronel, mantuviera en las dependencias del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña una tensa y última conversación con Trapero, en la que le reprochó amargamente sus parejitas de colegio, mientras el otro le afeaba sus palos. Será entretenido si la Sala acepta el careo entre los dos que propuso Melero, no sé bien en defensa de cuál de los dos, una vez descartado que, por su oficio, el abogado tenga algún interés en la verdad. Yo, por si hay careo, ya me he forrado el pecho con papel de periódico, cual ciclista bajando el Galibier. Concretamente con La Vanguardia, diario siempre libre de toda sospecha, que el día 2 de octubre traía en su portada estos dos titulares: «El Gobierno reprime el 1-0. Los Mossos evitan el choque y se escudan en la orden judicial recibida».