VICENTE VALLÉS-La Razón

  • «La presidencia de Mariano Rajoy estaba a punto de expirar. Se iba a resolver la primera moción de censura exitosa de nuestra historia»

Tal día como hoy de hace cuatro años, la presidencia de Mariano Rajoy estaba a punto de expirar. Se iba a resolver la primera moción de censura exitosa de nuestra historia. Hasta entonces, episodios similares habían terminado siempre con la derrota de quien osaba desafiar al presidente del Gobierno. Pero el 30 de mayo de 2018 se confirmó en los pasillos del Congreso lo que dos días después, el 1 de junio, certificaría la votación dentro del hemiciclo: que Rajoy era apartado del poder por una imprevisible coalición de socialistas, extrema izquierda, nacionalistas e independentistas. Todos a una, en una Fuenteovejuna improvisada en el breve plazo de una semana, porque solo unos días antes Rajoy había conseguido el hito de aprobar los Presupuestos Generales del Estado, y los medios titulaban que el Gobierno del PP se aseguraba, así, la legislatura. La vida te da sorpresas.

En efecto, los mismos diputados del PNV que asentaban el poder de Rajoy para que pudiera culminar el mandato aprobando sus cuentas públicas, fueron los que enterraron al presidente una semana más tarde y elevaron al poder a Pedro Sánchez, mientras los diputados de Podemos coreaban desde sus escaños el famoso «sí se puede», como confirmación de que sin ellos nada de eso hubiera ocurrido. Y los independentistas catalanes echaban cuentas de qué parte del botín les podría tocar.

Días antes de la moción de censura se conoció la sentencia del caso Gürtel, demoledora para el PP, y un sondeo que auguraba la victoria de Ciudadanos si se celebraran elecciones en aquel momento. Derrotado, Rajoy volvió a su despacho de registrador de la propiedad. Su sucesor, Pablo Casado, ya está fuera de la ecuación, y Alberto Núñez Feijóo calienta en la banda convencido de que un buen resultado de su partido en Andalucía, y un ejercicio de paciencia gallega, le catapultarán hacia La Moncloa. Podemos se aleja de su veinte por ciento de otros tiempos, y ahora pelea por no bajar del diez. Vox apenas existía en 2018, y ahora condiciona gobiernos.

La política circula a toda velocidad. Lo que hoy es evidente, mañana será pasado. Como si no hubiera ocurrido. Emociones fuertes.