Ares da por hecho que cada vez más presos están pidiendo a ETA su final

DIARIO VASCO, 13/8/11

Dice tener confirmado que hay movimiento en las cárceles para acabar con la violencia

El final de ETA se está jugando también y de manera importante en las cárceles. Es la tesis que defendió ayer el consejero de Interior que, en base a los datos que dispone tanto el Gobierno Vasco como el central, dijo tener «confirmación» de que «hay cada vez más presos que están reclamándole a la banda que tiene que dejar definitivamente la actividad terrorista». Por ello, emplazó a Bildu a hacer lo propio. Con lo que Rodolfo Ares no quiso especular es con los plazos en que la organización armada podría dar un nuevo paso cualitativo hacia el abandono irreversible de las armas. No obstante, tanto los ejecutivos central y autonómico, como la propia izquierda abertzale no contemplan un gesto definitivo de ETA antes de las elecciones generales del 20 de noviembre, a la espera de que se aclare el rumbo del nuevo gobierno que salga de las urnas, sobre todo si es del PP, como publicó este periódico el pasado jueves.

El consejero no se atreve a poner fecha a un posible anuncio de ETA de cese definitivo
Los reclusos intentan hacer llegar su voz a la cúpula etarra más que ésta buscar su opinión

Ares compareció en la macrocomisaría de la Ertzaintza en Erandio para dar cuenta del nuevo acuerdo laboral de la Policía vasca. No obstante, aprovechó para repasar otros temas, en un momento en el que la posibilidad de un anuncio de ETA en las próximas semanas decretando su final definitivo ha vuelto a ser objeto de debate. Los ejecutivos central y vasco han constatado movimientos entre los presos para acelerar el final de la violencia en Euskadi, y ayer el consejero vasco lo verbalizó oficialmente. «Hay cada vez más presos que están reclamándole a la banda que tiene que dejar definitivamente la actividad terrorista», dijo antes de insistir en que este dato lo tiene «contrastado».

Simbología

Ares recordó, además, que los reclusos ya «lo han hecho público en algunas ocasiones, cuando han tenido oportunidad de hacerlo a través de los medios de comunicación, e incluso en juicios». Con sus declaraciones, el Gobierno Vasco trata a su vez de presionar a ETA con el foco de las cárceles, uno de los ámbitos más simbólicos para la organización armada.

El consejero vasco está en constante contacto con el Ejecutivo central en el seguimiento de los acontecimientos en el seno de ETA. Su relación con el exministro de Interior y ahora candidato a presidente, Alfredo Pérez Rubalcaba, era muy estrecha, y la colaboración con su sucesor, Antonio Camacho, sigue siendo fluida. Tanto el departamento como el ministerio de Interior han constatado un movimiento creciente de reclusos partidarios de acelerar el anuncio de cese definitivo de los atentados. La razón de esta agitación sería la asunción por los reclusos de que sólo un final irreversible de la violencia les otorgaría «perspectivas de futuro» en su situación personal, según fuentes gubernamentales. El movimiento dentro de las prisiones está dirigido a que el mensaje de los reclusos partidarios de acabar con la violencia llegue a oídos de la cúpula etarra, más que a un intento de ETA de buscar la opinión de los reclusos a través de una especie de referéndum sobre si debe cerrarse el ciclo de la lucha armada.

Al mismo tiempo, el colectivo de reclusos, la asociación de familiares de presos, Etxerat, y la propia izquierda abertzale están reclamando al Estado medidas para aliviar la situación penitenciaria, como excarcelación de los presos enfermos, acercamientos a cárceles vascas o abolición de la ‘doctrina Parot’ que alarga la permanencia en prisión a los etarras con largas condenas.

El autodenominado Colectivo de Presos Políticos Vascos (EPPK) también ha expresado en diversas ocasiones su intención de efectuar aportaciones a la estrategia por vías sólo políticas de la izquierda abertzale, que señala que cuenta con la adhesión de buena parte de los reclusos.

Las cárceles son además escenario de un segundo frente protagonizado por el «Colectivo de presos comprometido con el irreversible proceso de paz» -grupo de reclusos disidentes de ETA-, encabezado por Joseba Urrosolo Sistiaga, Carmen Gisasola y Kepa Pikabea, entre otros. Este grupo de internos está convencido de que ETA debe anunciar ya su fin definitivo y de que, más pronto que tarde, «deberá reconocer el daño causado con sus acciones», como explicó hace tres semanas el propio Urrosolo en una entrevista en este periódico.

Comunicado y Bildu

En su comparecencia, Ares también aseguró que «todo lo que hagamos desde el Gobierno Vasco, y también en colaboración con el Gobierno de España, tendrá un único objetivo: conseguir acabar definitivamente con el terrorismo, que ETA desaparezca y que se consoliden la paz y la libertad». Preguntado en torno a un posible comunicado anunciando el cese definitivo de su actividad, respondió que «ETA ha hecho muchos comunicados en los últimos tiempos», reconociendo no saber qué va a hacer ahora. «Lo que desearía que hicieran cuanto antes, y que creo que además desea la inmensa mayoría de la sociedad vasca y del conjunto de España, es que ETA anuncie que deja definitivamente todas las actividades terroristas», indicó.

No obstante, los cálculos del Gobierno español no contemplan ningún gesto definitivo de ETA antes de las elecciones generales. Una previsión en la que coincide con la izquierda abertzale en el convencimiento de que una organización como ETA no puede tomar esa decisión hasta conocer qué estrategia sigue el nuevo gobierno a partir de diciembre.

Ares pidió por último a Bildu que «materialicen sus compromisos previos» a las elecciones forales y siga la línea detectada por Interior en las cárceles. «Que reclame a ETA que tiene que dejar definitivamente la actividad terrorista», sentenció. Respecto a las fiestas de San Sebastián y Bilbao, deseó que transcurran en paz. En todo caso, el consejero aseguró que no habrá «espacios de impunidad» y destacó que velará porque se respete «las paz social». Para ello, establecerá el operativo de seguridad que sea necesario y la Ertzaintza actuará si es preciso.

DIARIO VASCO, 13/8/11