EL CORREO – 26/09/14
· Ofrece acuerdos al PNV para impulsar el derecho a decidir, pactar unos Presupuestos «sin recortes» y reformular la ponencia de paz para que no «humille» a nadie.
· Ritmos y tiempos distintos Reconoce que la independencia se debería articular en procesos separados para Euskadi, Iparralde y Navarra Falta de recursos Se muestra a favor de que el Gobierno vasco modifique la política fiscal para que «pague más quien más tiene».
EH Bildu tendió ayer la mano al PNV y a Iñigo Urkullu. Como ya avanzara en una entrevista con este periódico en junio, Hasier Arraiz se mostró dispuesto a alcanzar acuerdos para dar estabilidad al País Vasco y favorecer el camino hacia la independencia. El principal partido de la oposición ofreció tres propuestas de pacto: para impulsar el derecho a decidir y «hacer cuña» con Cataluña en el Estado; para aprobar unos Presupuestos «sin recortes»; y para reformular la ponencia de paz del Parlamento, paralizada desde hace año y medio, y suscribir una nueva declaración que sustituya el llamado ‘suelo ético’ y que no busque la «humillación» de nadie.
El presidente de Sortu, que ejerció de portavoz tras la renuncia de Laura Mintegi a su escaño en verano, quiso ofrecer un discurso en positivo, sin basar exclusivamente su intervención en la crítica a un Ejecutivo que «sólo» presenta planes y está sumido en la «autocomplacencia». «Si no haces, haz que haces. Es la consigna de este gobierno», reprochó. Con unas elecciones municipales a la vista –en mayo de 2015– y con las autonómicas dentro de dos años, EH Bildu apuesta por poner al PNV en la disyuntiva de elegir entre la coalición abertzale y el PSE.
El presidente de Sortu arrancó su comparecencia aludiendo a los procesos abiertos en Escocia y Cataluña. Un movimiento en favor del derecho a decidir «demasiado importante como para no tenerlo en cuenta». Arraiz exigió a Urkullu abandonar las «visitas clandestinas» a La Moncloa, romper con un Rajoy que impulsa una «involución» del sistema autonómico y promover con la izquierda abertzale una «ruptura exquisitamente democrática» entre Euskadi y España. El Estado, enfatizó, «ni en estos cuarenta años, ni en otros cuarenta siglos va a tener disposición para reconocer a Euskal Herria como sujeto de decisión». «Desengáñese o no pretenda engañarnos al resto –advirtió–. Todos sabemos que la bilateralidad con Madrid es imposible, igual que la soberanía compartida».
«Para pasar el rato»
El portavoz de EH Bildu criticó la ponencia de autogobierno impulsada en el Parlamento al considerar que solo sirve «para pasar el rato», sin haber realizado propuestas sobre el derecho a decidir. Y reconoció que Euskadi, Iparralde y Navarra transitarán caminos diferentes hacia la independencia, con sus propios ritmos y procesos.
Arraiz cargó también contra la ponencia de paz y convivencia puesta en marcha en la Cámara de Vitoria y que lleva paralizada año y medio porque «el PNV lo permite». Pidió reformular este grupo de trabajo para sustituir el llamado ‘suelo ético’ por una nueva declaración, aceptando hablar «de las cosas que se han hecho bien y mal», pero sin que eso signifique buscar «la humillación de nadie» ni trasladar un relato de «vencedores y vencidos».
Cuando el lehendakari y el Gobierno vasco exigen a Sortu reconocer el daño causado», el líder de esa formación aseguró que «ninguna tradición política» puede estar «contenta con todo lo hecho» durante décadas de conflicto. «Nosotros –señaló– no estamos contentos con todo y no hemos hecho muchas cosas que teníamos que haber hecho. Pero siempre hemos intentado ser sinceros con nosotros mismos y con nuestro pueblo. Hemos luchado y hemos querido que nuestra lucha fuera aliento para nuestro pueblo».
El portavoz de EH Bildu no olvidó tampoco su análisis de la crisis económica. Ofreció a Urkullu pactar los Presupuestos, siempre que esas Cuentas no supongan «nuevos recortes». Entre alusiones a Kutxabank, el TAV y la rebaja de recursos para Osakidetza o ayudas sociales, el dirigente independentista pidió «cambiar» la política fiscal para que «pague más quien más tiene».
EL CORREO – 26/09/14