Arteta: «Estamos pagando aún» por los crímenes de ETA de 1980

LIBERTAD DIGITAL 14/11/14
ENTREVISTA IÑAKI ARTETA

· El cineasta bilbaíno ha presentado en Es la Mañana de Federico su última película ,1980, sobre los años de plomo del terrorismo de ETA.

El director de cine Iñaki Arteta (Bilbao, 1950) ha estado este jueves en el programa Es la Mañana de Federico, de esRadio, para presentar su última película 1980, sobre los años de plomo del terrorismo de ETA. Su título ha sido elegido precisamente por tratarse del año más convulso y sangriento de la banda.

No es la primera vez que Arteta aborda esta temática –Voces sin libertad (2004); El infierno vasco (2008)-, aunque ahora pone el foco en las víctimas. «Esta película deriva de nuestro interés de observar la realidad de las víctimas y dar información sobre ellas, sobre cómo la sociedad las ha tratado, cómo se ha enfrentado el terrorismo desde el País Vasco, de forma distinta al resto del país», dice Arteta.

«Es otra indagación, es mirar de otra manera el problema. 1980 es un año icónico, por las victimas, por la provocación al Ejército, era un panorama muy complejo», añade.

Arteta ha repasado la hemeroteca para retratar la sociedad de ese año. «Nos fijamos en la prensa, en la Iglesia, en cómo era la sociedad. Hay que repasar la hemeroteca para ver cómo se trataban a los terroristas y a las victimas. Sobre los terroristas no se daba mucha información, mientras que de las victimas se daba el número, la calle, el color de ojos, detalles que vulneraban su intimidad. Dos días después, no se hablaba más de esa persona», explica el director.

«Se vendió que ETA había luchado contra el franquismo y hay quien no se ha bajado de eso aún. Hay nacionalistas que se amparan en eso. Por la democracia, dicen a veces. No es así, evidentemente», relata.

«Parálisis de democracia»
«Yo pasaba los veranos en el País Vasco», recuerda Arteta. «Las fiestas de los pueblos, la música, la forma de divertirse, era todo anárquico. La juventud seguíamos lo que hacían los demás. El entorno estaba impregnado de nacionalismo y se decía que Franco solo había querido machacar a los vascos. Es paso hacia la libertad era vestir el país de nacionalismo, con ikurriña. El que se salía de ahí, corría peligro de morir. Había un riesgo muy interiorizado de no destacar».

Han pasado más de 30 años, pero las consecuencias siguen vigentes, recalca el director de cine. «Estamos pagando todo eso. La enfermedad nacionalista no solo ha generado división y enfrentamiento, sino una parálisis de la democracia, de atasco, de pérdida de energía. La debilidad del Gobierno viene de entonces: no se sabe si negociar o no, si sacarlos de la cárcel. Es un estilo que los ciudadanos percibimos con cierta confusión».

Iglesia
Mención especial merece la postura adoptada por la Iglesia, que según Arteta, «rozó lo increíble». «Hemos sacado por primera vez a un nacionalista, a monseñor Setién y hay quien dice ‘¿Cómo puede ser que la iglesia tuviera esa postura?’ No lo sé, no sé cómo pudo haber tanta falta de piedad con las víctimas», concluye.

El documental 1980 se estrenará en varias ciudades españolas. En Madrid, en las cines Princesa, y en Barcelona, en cines Boliche.