Artur Mas resucita de sus cenizas y vuelve a lanzar un órdago al Estado

EL MUNDO – 16/07/15 – EDITORIAL

· Cuando muchos le daban por muerto políticamente y creían que el proyecto soberanista había entrado en un callejón sin salida, Artur Mas vuelve a poner en jaque al Estado. Y lo hace mediante una hábil maniobra en la que, gracias a un pacto de última hora con ERC, el líder de CDC presidirá el nuevo Gobierno que salga de las urnas el 27 de septiembre si la lista única independentista gana las elecciones.

Hace tan sólo una semana, todo apuntaba a una lista formada por ANC, Òmnium y otras plataformas nacionalistas que pretendían concurrir a las elecciones sin representantes de los partidos políticos y con un único punto en su programa: la declaración unilateral de independencia. Mas quedaba al margen de esta opción, sin capacidad de controlar los acontecimientos.

La situación ha dado un vuelco espectacular porque Mas irá de número cuatro en la circunscripción de Barcelona gracias al compromiso suscrito con ERC y las plataformas. Según el pacto alcanzado, será de nuevo presidente de la Generalitat si los nacionalistas tienen mayoría.

Raul Romeva, ex eurodiputado de ICV, encabezará la lista y Carme Forcadell, ex presidenta de ANC, será el número dos. Pero en realidad quienes controlarán las siglas electorales van a ser Mas y Oriol Junqueras, que formarán un Gobierno de coalición con el fin de acelerar el proceso hacia la independencia si tienen la suficiente fuerza parlamentaria.

El acuerdo entre ambos apunta a una declaración simbólica de secesión al día siguiente de ser constituido el Parlamento. En un plazo de nueve meses como máximo, antes de julio de 2016, la independencia se haría efectiva tras «la desconexión» con España si el Estado no acepta negociar. Esta es la hoja de ruta pactada entre Mas y Junqueras, que pretenden apurar el proceso al máximo para que el Gobierno no tenga tiempo de reaccionar y para que el entusiasmo de sus bases no decaiga.

Las encuestas realizadas en las últimas semanas daban unos malos resultados por separado a CDC y ERC, muy lejos de la mayoría parlamentaria. CDC está tocada por la ruptura con Unió, los casos de corrupción y el escándalo de la familia Pujol. ERC había bajado en los últimos meses en las encuestas hasta los 25 escaños, una cifra mejor que la de las anteriores elecciones, pero muy lejos de sus expectativas.

Con ANC y Òmnium –financiados generosamente por la Generalitat– como compañeros de viaje, Mas y Junqueras esperan alcanzar la mayoría absoluta que les permita declarar la independencia. No lo tienen fácil pero, desde luego, no es imposible.

Aunque no lo consigan, si logran apoyo para gobernar, el Estado volverá a tener un grave problema en Cataluña, ya que los líderes de CDC y ERC intentarían mantener movilizada a la sociedad y plantear nuevos desafíos. En suma, un escenario de inestabilidad y enfrentamiento. Pero si consiguieran esa mayoría absoluta en septiembre, la situación sería mucho peor porque el Gobierno de Rajoy tendría que utilizar todos los medios legales a su alcance para evitar esa declaración inmediata de independencia, que, como mínimo, crearía una enorme fractura social en Cataluña.

No deja se ser paradójico que Tsipras haya tenido que plegarse a las condiciones impuestas por el Eurogrupo para seguir en la moneda única, mientras los nacionalistas catalanes cuestionan la legalidad vigente y se atreven a convocar lo que ellos llaman un plebiscito en abierto reto a las instituciones del Estado y los tratados de la UE.