EL MUNDO – 07/12/15
· Las propuestas de los partidos están en las antípodas las unas de las otras.
El proceso independentista de Cataluña ha colocado en el centro de la agenda política, como viene ocurriendo repetidamente desde la Transición pero ahora más que nunca, las tensiones territoriales que provoca el diseño dispositivo del Estado autonómico, ya agotado, que hizo la Constitución en circunstancias históricas muy diferentes. Ciudadanos, que surgió como oposición al nacionalismo centrífugo, sigue contando con ese punto como nuclear y distintivo de su proyecto. Por esa razón, es la formación que con más precisión acomete propuestas de reforma. La etiqueta «autonómico» define también el planteamiento que hace el PP. Enfrente, el PSOE opone la fórmula «federal» y Podemos habla de Estado «plurinacional» y, por tanto, confederal. Esto es, en las propuestas de unos están en las antípodas de los de otros.
PP.No se compromete a ningún cambio en profundidad, más allá de la apelación genérica –aunque, eso sí, definitoria– de seguir «defendiendo el Estado de las Autonomías» y de garantizar «que ni España ni la soberanía nacional van a ser troceadas», que es otra forma de decir que nunca consentirá un referéndum de autodeterminación en Cataluña. Incorpora una Ley de Banderas y Símbolos y propone reformar y reforzar el Senado para configurarlo como «auténtico foro principal para debate de grandes cuestiones de naturaleza territorial», sin decir cómo.
PSOE
Se trata éste de uno los puntos donde tropiezan tradicionalmente los socialistas, incapaces de enhebrar un discurso claro que concilie las diferentes posiciones que anidan en su seno. Pedro Sánchez reproduce los equilibrios con sus barones territoriales que intentó Alfredo Pérez Rubalcaba en su Declaración de Granada de 2013. Por eso, se queda en la reiterada reclamación de una «estructura federal» por la vía de «reformar el Senado para convertirlo en una auténtica Cámara territorial», pero sin aclarar de qué manera; en las buenas intenciones de «racionalizar, clarificar y completar el sistema de distribución competencial», y en el vacío de «reconocer las singularidades de las distintas nacionalidades y regiones». Todas esas singularidades ya están reconocidas y desarrolladas en los Estatutos de Autonomía, que forman parte del cuerpo constitucional.
CIUDADANOS
Traslada una propuesta detallada para terminar con el diseño dispositivo establecido por la Constitución que ha producido repetidamente tensiones territoriales. En ese sentido, plantea elaborar un listado de competencias exclusivas del Estado –sin detallar cuáles– y que la Constitución establezca con claridad las reglas cuando se trate de competencias compartidas, además de derogar el artículo que permite transferir o delegar competencias a las comunidades: todas las que no estén incluidas en los listados, corresponderán a las autonomías. Pide derogar la disposición que abre la puerta a la incorporación de Navarra y País Vasco y revisar sus cupos. Aunque PP y PSOE también hablan de corresponsabilidad fiscal, la formación es la única que dice que toda crudeza que las comunidades que quieran sufragar servicios distintos de los básicos, deberán hacerlo con cargo a sus propios tributos. Una medida cuestionable es la sustitución de una cámara legislativa como el Senado por un Consejo de Presidentes de los ejecutivos autonómicos.
PODEMOS
El partido de Pablo Iglesias fía buena parte de su éxito electoral a recoger de la mano de Ada Colau en Cataluña las bases electorales de la CUP. Tras muchas presiones, cedió a incluir en su programa la promoción de «un referéndum con garantías» en esa comunidad autónoma, además de abrir un «amplio debate ciudadano» sobre el «derecho a decidir». Su reforma del Senado consiste en sentar en esa cámara legislativa a representantes de los ejecutivos autonómicos en el lugar de los parlamentarios.
EL MUNDO – 07/12/15