Basagoiti celebra que el PNV admita que «la paz no tiene precio político»

EL CORREO, 4/10/11

Rajoy deja en manos de la dirección del PP vasco el protagonismo en el debate sobre el final del terrorismo

El presidente del PP vasco, Antonio Basagoiti, ha decidido sacar en limpio un matiz «muy importante» del discurso oficial del PNV sobre el final de ETA. A pesar de las discrepancias que mantienen sobre la articulación del Estado y el encaje de Euskadi, Basagoiti destaca «el fondo» del mensaje que esgrime el líder de los jeltzales, Iñigo Urkullu. «Lo más positivo es que las dos formaciones compartimos por primera vez en muchos años que la paz no tiene precio; que la desaparición del terrorismo no debe conllevar concesiones políticas», explicó ayer el dirigente popular. «Esto es lo que nos une», insistió en declaraciones a este periódico tras participar en un acto político en Tarragona.

LAS FRASES DEL PP

ESTEBAN GONZÁLEZ PONS PORTAVOZ NACIONAL
«El lehendakari hace campaña a ETA con su plan de acercamiento de los presos»
ALFONSO ALONSO PRESIDENTE EN ÁLAVA
«López lanza mensajes confusos y en contra de lo que tiene firmado con el PP por miedo electoral»
BORJA SÉMPER PRESIDENTE EN GIPUZKOA
«La oferta de Urkullu nos satisface, pero que no se obsesione con Madrid y sí colabore en Euskadi»

El diagnóstico compartido sobre el final de ETA constituye el punto de unión con el PNV más celebrado por la dirección vasca del PP, después de las profundas diferencias vividas durante la etapa de Ibarretxe. Basagoiti no dudó ayer en congratularse de la firmeza demostrada por Urkullu cuando reitera la necesidad de que ETA abandone las armas definitivamente sin ninguna contrapartida. El análisis sobre la desaparición de la violencia, antes motivo de discordia, ha ayudado a desbrozar el camino entre Sabin Etxea y Génova, sedes de ambas formaciones en Bilbao y Madrid.

Basagoiti sitúa en este clima de entendimiento la sintonía entre Urkullu y el líder nacional del PP, Mariano Rajoy, evidenciada en la fluida relación que mantienen ambos en sus «reuniones y conversaciones telefónicas». Citas de las que Génova da cumplida cuenta a la cúpula del PP vasco, aclara un alto cargo de este partido. En esta coyuntura, el presidente del PNV acaba de ofrecer «cobertura» a los populares para consolidar la paz, consciente de que las encuestas colocan a Rajoy en La Moncloa.

Mensajes templados

Aunque haya decidido centrar en la economía el eje de su campaña electoral, Rajoy concede una importancia capital a Euskadi y a la posibilidad de que, esta vez, el fin de ETA sea una realidad. Para ello, ha delegado en el PP vasco la responsabilidad cuando se trate de participar en el discurso sobre la desaparición de la violencia y el panorama que puede afrontar el País Vasco sin la amenaza del terrorismo.

Basagoiti, que siempre ha reivindicado el protagonismo de los suyos en este debate, está dispuesto a recoger el guante del PNV, siempre que el PP vasco lleve la voz cantante. En comunión con la dirección de Génova, ha logrado establecer un altavoz propio en el escenario abierto por la tregua. Aunque no oculta su beligerancia contra la izquierda abertzale, el líder popular de Euskadi templa sus mensajes hacia el PSE, al que apoya al frente del Gobierno vasco, y el PNV, pese a discrepar con ellos en significativos matices en busca de la paz.

Por ejemplo, cualificados representantes del PP, tanto de Euskadi como de la ejecutiva nacional, insistieron ayer en descalificar la propuesta del lehendakari para acercar de forma «consensuada» y «progresiva» a presos de la banda si con ello se «favorece su reinserción». Los conservadores cuestionan este planteamiento, pero con diferentes grados. Mientras el portavoz, Esteban González Pons, acusó a Patxi López de «meter a ETA en campaña», en lo que podría interpretarse como un guiño a los sectores más duros del PP, en las filas vascas se prefiere tildar de «electoralista» un planteamiento que, pese a cumplir la legalidad, se anuncia antes de que ETA se haya disuelto. Les incomoda, viniendo del lehendakari al que respaldan, pero tampoco lo recibieron con aspavientos en el pleno de política general.

EL CORREO, 4/10/11