Batasuna quiere volver al redil

Después de haber sido durante tres décadas un simple apéndice de la ETA, obedeciendo a pies juntillas a los pistoleros, Batasuna ha dado un giro drástico: la “lucha armada” ya no tiene sentido.

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Una semana después del anuncio del alto el fuego de la ETA, los independentistas vascos, inhabilitados desde 2003, quieren participar en las elecciones municipales de la primavera de 2011.

Los independentistas vascos radicales ya están hartos de la clandestinidad. “Queremos volver a las instituciones y lo merecemos”, declaró el viernes Txelui Moreno, uno de los líderes de Batasuna, el brazo político de la ETA ilegalizado por la justicia española en 2003. Su exigencia tiene tintes de súplica hacia el presidente del gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero: “Tenemos la voluntad imperiosa de presentarnos a las próximas elecciones”. En primavera de 2011 se celebran las municipales españolas y los independentistas vascos sueñan con participar.

Desde su expulsión de la escena legal, su corriente se encuentra desamparada, sin dinero ni estructuras, sus locales fueron desmantelados por la justicia y la mayor parte de sus jefes históricos, como Arnaldo Otegui, están en prisión. Moribunda, Batasuna sueña con restablecer su época gloriosa, de 1999, cuando consiguió casi el 15% de los sufragios regionales, y cuando sus diputados hacían y deshacían a su antojo en el seno del parlamento autonómico vasco.

Txelui Moreno y los suyos consideran que se merecen la vuelta a la “normalidad democrática”. ¿La razón? Ha sido su corriente, la base social de la ETA, la que habría empujado a la organización terrorista a decretar, el 5 de septiembre, un alto el fuego, sin precisar si se trata de una tregua temporal o de un cese definitivo de la “lucha armada”.

“Decisión irreversible”

Ante los ojos de José Luis Rodríguez Zapatero, este anuncio es insuficiente: “Sólo nos interesa el abandono definitivo de las armas” recalcó el jefe del gobierno, escarmentado por las negociaciones abortadas con la ETA en 2006. Pero lo independentistas de Batasuna creen lo contrario: la ETA habría adoptado una “decisión capital e irreversible” por su presión, lo que daría a su corriente “el derecho legítimo de ser legalizada de nuevo”.

En estos últimos años, el movimiento abertzale (nombre dado a la izquierda independentista vasca) emprendió su revolución. Después de haber sido durante tres décadas un simple apéndice de la ETA, obedeciendo a pies juntillas a los pistoleros, Batasuna ha dado un giro drástico: la “lucha armada” ya no tiene sentido; la vía democrática es el único camino que puede llevar hacia la independencia del País Vasco. Desde los inicios del año, Batasuna ha multiplicado las asambleas internas para convencer a sus bases. En marzo, hico un llamamiento público a un alto el fuego “permanente y verificable” con el apoyo público del premio Nobel de la Paz, Desmond Tutú, y de la fundación Mandela.

Pero el anuncio de la ETA, demasiado confuso y ambiguo, no puede permitir a Batasuna volver a la legalidad. Hoy, este partido clandestino no tiene más que dos salidas: o consigue convencer a la ETA de aceptar la rendición, hipótesis poco probable por el momento a pesar de la debilidad de la organización, o bien, después de haber sido orgánicamente parte integrante de la organización desde su creación en 1978, se desmarca claramente de la dirección terrorista. Si los independentistas radicales quieren participar en las municipales de 2011, este es el sapo que se tienen que tragar.

François Musseau, Le Temps (Suiza), 13/9/2010