El PSE-EE de Guipúzcoa ha trazado la línea roja ante una previsible negociación con el PNV. Joseba Egibar debe saber ya que si no incluye los ayuntamientos de San Sebastián -preferentemente-, Andoain y Rentería en su oferta, perderá toda opción para que Markel Olano continúe como diputado general.
En sentido contrario, los socialistas irán a la oposición en las dos principales instituciones guipuzcoanas, en beneficio de Bildu, si el PNV acota las negociaciones al único ámbito de la Diputación. PNV y PSE-EE, dos de los grandes partidos derrotados en Guipúzcoa, tienen objetivos muy diferentes que pueden complicar sus conversaciones, según admitieron ayer representantes de ambos partidos. Los jeltzales no se sienten «directamente concernidos» por la suerte del Ayuntamiento de la capital donostiarra y centran su objetivo en el poder real que significa la Diputación foral. Por contra, los socialistas advierten de su «temor» por los efectos negativos que pueden derivarse de la gestión de Bildu en el Ayuntamiento donostiarra en base a la experiencia de otros municipios del territorio. Es aquí donde un dirigente del PSE guipuzcoano recuerda, por ejemplo, «el déficit de Pasajes», pero, principalmente, incide en la «inquietud empresarial» que «nos empieza a llegar y que imagino también se lo estarán trasladando al PNV», añade.
En la estrategia preliminar, el PSE admite que está «en condiciones» de ofrecer el apoyo suficiente para que el PNV «consiga sin problemas» las alcaldías de Soraluce, Beasain y Urretxu. Con los datos del 22-M, los jeltzales han perdido 11 de las 16 alcaldías de que disponían y ahora su poder municipal se ve reducido a Hondarribia, Orio, Aia, Urnieta y Elgoibar, un escaso bagaje que se agudizaría si, además, se quedara sin la Diputación.
A su vez, la exigencia socialista pasa «inexcusablemente» por recuperar, con el apoyo del PNV, las alcaldías de San Sebastián, Andoain y Rentería. «No nos vamos a dejar engañar», proclama la misma fuente socialista, temerosa de que «al PNV no le importa que Bildu se quede con San Sebastián, pero a nosotros, sí». Para remarcar la advertencia, los socialistas recuerdan que «los ayuntamientos se constituyen antes que la Diputación y por eso es muy fácil comprobar si se quiere cumplir con lo que pedimos», insisten desde el PSE.
Mientras, el GBB justifica su prolongado silencio porque el escenario de los posibles pactos «con todas las fuerzas» se presenta «muy amplio» ya que, según admitía ayer un cargo público de este partido, la negociación afecta «a muchas otras realidades». Los socialistas, en cambio, asocian la ausencia de Egibar a que «los resultados que tienen son muy preocupantes y han fracasado ante Bildu».
En línea con la tesis adelantada ayer en ETB por José Antonio Pastor, portavoz del PSE-EE, también su territorial de Guipúzcoa considera que «la pelota está en el tejado» en cuestión de la negociación de posibles pactos. Eso sí, ante la posibilidad de que el PNV busque un acuerdo más general, en línea con la tesis de Iñigo Urkullu que recogía ayer EL PAÍS, los socialistas guipuzcoanos precisan que «desde Ferraz no nos van a imponer que traguemos un pacto con ellos si no tienen en cuenta San Sebastián y sólo hablan de Diputación».
Para alimentar la incertidumbre, ayer se deslizó la posibilidad de que el PNV se mostraría más proclive a hablar del pacto en el Ayuntamiento donostiarra «si el PSE prescindiera de Odón Elorza». Este descarte facilitaría la justificación del pacto ya que la renuncia del hoy alcalde podría ser explicada como un reflejo del voto de castigo a su gestión. Los socialistas, lógicamente, ni lo contemplan porque niegan que su caída electoral puede deberse a un rechazo a Elorza sino a «la incidencia de la crisis en los barrios», que es donde «hemos sufrido la abstención de los nuestros», admite el PSE. Además, a nivel de Guipúzcoa no se sienten «desanimados» por los resultados ya que «mantenemos ayuntamientos tan importantes como Eibar, Irún, Lasarte o Zumárraga».
No obstante, la soledad por la que transita Elorza alimenta los rumores sobre su ánimo para forzar nuevas mayorías. Los socialistas lo relativizan. «Es evidente que no se lo esperaba», reconocen, pero el discurso socialista no se quiere detener en la tristeza del alcalde sino en recordar al PNV que «sin Donostia no garantizamos la Diputación».
EL PAÍS, 25/5/2011