ABC 05/07/15
El nuevo alcalde de Pamplona, Joseba Asirón, tomó posesión del cargo el 13 de junio, apenas tres semanas antes de que se iniciaran las fiestas de San Fermín. Con tan poco tiempo de margen, el programa de fiestas ya está hecho y cerrado, por lo que Bildu no ha podido realizar ningún cambio. Pero en el tiempo que ha tenido en estos días ya ha hecho una serie de modificaciones que, como era de esperar, dejarán el sello abertzale.
La norma de las banderas
Este no ha sido el único gesto hacia la ikurriña. El pasado miércoles eliminó del bando municipal con las normas de los sanfermines la prohibición de introducir banderas «que tapen a varias personas» en la plaza consistorial el día del chupinazo. Con esta medida, Asirón pretende permitir que haya ikurriñas gigantes en la plaza, con el consiguiente peligro que esto puede acarrear por su tamaño. Aunque la izquierda abertzale siempre ha pretendido aparentar que esta prohibición se debía al rechazo a la ikurriña, lo cierto es que todos los años los agentes de la Policía Municipal han permitido pasar con la bandera de la Comunidad vecina sin ningún problema si su tamaño no tapaba a más de una persona.
El tema de la ikurriña no es, ni mucho menos, el único guiño hecho por el alcalde a los abertzales realizado de cara a los sanfermines, que comienzan mañana. Una de las primeras decisiones que tomó nada más coger el bastón de mando fue acudir el próximo 8 de julio al homenaje que se realiza cada año a Germán Rodríguez, un joven que murió por disparos, presuntamente de la Policía Armada, en los trágicos incidentes de de 1978. Todos los años se ha homenajeado a Rodríguez, pero la polémica ha saltado este año al acudir Asirón, ya que la víctima era un joven que pertenecía a la Liga Komunista Iraltzailea, una formación política que se había escindido de ETA VI Asamblea.
Y queda por saber qué sucederá tras la Procesión del 7 de julio. En los últimos años se habían producido incidentes en la calle Curia debido a que grupos abertzales insultaban e incluso, en algún caso, trataban de agredir al alcalde y a los concejales de UPN. Este año, el alcalde es de Bildu, por lo que lo más fácil es que cambien los insultos por alabanzas.
El Riau Riau en 2016
Sin embargo, donde verdaderamente se verá la mano de Bildu será en los sanfermines de 2016. El alcalde ya ha anunciado su intención de recuperar el Riau Riau, que hasta ahora había sido boicoteado con gravísimos incidentes por la izquierda abertzale. También pretende que el lanzamiento del chupinazo se haga por decisión popular; es decir, que sean los vecinos quienes propongan quién debe lanzar el cohete y, posteriormente, votarlo. Y ya se verá qué más novedades se acuerdan de aquí a entonces. Eso sí, siempre que no surjan sorpresas improvisadas este mismo año.
En definitiva, se presentaron a las urnas para, entre otras cosas, despolitizar las fiestas, y lo poco que Bildu ha hecho solo ha servido para añadir más carga política a unos días en los que los ciudadanos lo único que quieren es divertirse, pasárselo bien y desconectar de los 356 días del resto del año.