ABC 10/01/13
El número dos del Ayuntamiento reconoce que ha «cometido errores» pero insiste en que se va «con la conciencia muy tranquila».
Mensajes de despedida «Me voy porque creo que mi marcha rebajará la tensión y traerá serenidad» al Ayuntamiento «La presión ha existido, pero aquí las víctimas son las cinco jóvenes madrileñas, y a ellas tenemos que servir» «He cometido errores, y este es un buen momento de pedir perdón por ellos; mi único patrimonio es mi honor y mi honestidad»
La dimisión del vicealcalde de Madrid, Miguel Ángel Villanueva, presentada ayer por la tarde a la alcaldesa, Ana Botella, ha dado pie a una profunda remodelación del Gobierno municipal, pensada y decidida desde hace tiempo, y cuya principal novedad es la supresión de la Vicealcaldía. Tras una conversación con la alcaldesa en su despacho, Villanueva se presentó ante la prensa a última hora de la tarde y anunció que dejaba su cargo como mano derecha de Botella, y también su acta de concejal. Botella forzaba así una situación que se había vuelto difícilmente sostenible dos meses después de la tragedia del Madrid Arena. Ayer mismo Villanueva se despedía de sus colaboradores más directos y dejaba el Ayuntamiento, al que llegó nueve años atrás.
En su despedida, Villanueva aseguró que se marchaba «en beneficio de la serenidad de un gobierno que necesita poder trabajar». Reconoció que la tragedia del Madrid Arena —el origen de estos últimos cambios en el Gobierno local— «ha alterado» el normal funcionamiento del Consistorio. Y por eso su marcha «rebajará la tensión y la presión» y «aportará serenidad».
Villanueva estaba sereno en ésta, su última comparecencia ante la prensa como vicealcalde. Aseguró que se marchaba del Ayuntamiento «con la conciencia muy tranquila» porque «en los años en que he trabajado en esta casa, he procurado entregar lo mejor de mí a los madrileños».
Reconoció que ha cometido «errores», y por eso consideró que «este es un buen momento para pedir perdón por ellos». Entre esos errores, que son «más fáciles de ver a toro pasado», cuenta la primera rueda de prensa que dio tras la tragedia del Arena, en la que aportó datos de la empresa sobre el aforo de la fiesta. «Cometí el error de darlos, aunque dije que eran provisionales, que eran los que había facilitado el organizador de la fiesta y los mismos que dio a la Policía Judicial». Pese a lo cual, indicó, todos los dedos se volvieron contra él, acusándole de una presunta amistad con el empresario Miguel Ángel Flores, que organizó el evento, en una crítica que considera que «no es justa».
«Mi único patrimonio —insistió el vicealcalde— es mi honor, mi honestidad y mi integridad». Además, añadió, «nunca he utilizado mi cargo en mi beneficio particular ni de nadie». Y sobre su amistad con Flores, que él siempre ha reducido a un conocido por motivos laborales, Villanueva insistió en que «siempre he sido extremadamente escrupuloso en mi conducta ética y nunca he adjudicado nada a las empresas de este señor».
Fue a primeras horas de la tarde de ayer cuando Villanueva telefoneó a Ana Botella para hacerle partícipe de su decisión de dimitir. «Ya ha terminado la comisión de investigación del Madrid Arena, hay una investigación judicial en marcha y yo asumo mi responsabilidad como vicealcalde, si con ello ayudo a serenar los ánimos».
Asegura no tener a día de hoy noticia sobre la posibilidad de ser imputado por el caso Arena, y de paso recordó que el concejal Pedro Calvo, que dimitió tras anunciarse que iba a ser imputado, a mediados de noviembre, «a día de hoy no sabe aún oficialmente de esa imputación».
Desde que tuvo lugar la tragedia del Arena, confiesa, la situación se ha ido tensando casi a diario: «La presión ha existido», reconoció, para matizar luego: «Aquí las víctimas son las cinco jóvenes madrileñas; a ellas es a quien tenemos que servir». No quiso marcharse antes porque «mi sentido de la responsabilidad me llevaba a no abandonar el barco mientras había una avería». Cree que a partir de ahora la alcaldesa seguirá adelante con nuevos horizontes.
El Ayuntamiento ha sido el centro de todas las criticas —mediáticas, políticas y populares— desde que se produjeron las muertes del Arena. Y, en reiteradas ocasiones, el blanco ha sido Miguel Ángel Villanueva. No obstante, no quiso aclarar si se había sentido objeto de una cacería personal.
El vicealcalde fue nombrado para esta responsabilidad por Ana Botella hace ahora un año, cuando la alcaldesa tuvo que hacerse cargo del sillón de regidor ante la precipitada salida de Alberto Ruiz-Gallardón hacia el Ministerio de Justicia. Entonces, él se convirtió en su principal bastión. La sintonía entre ambos ha sido grande, aunque los dos últimos meses la tensión por este asunto se había dejado sentir en todos los ámbitos. Incluso en alguna ocasión se dejó entrever en algunos comentarios un cierto sentimiento de soledad.
Tsunami institucional
La marcha del vicealcalde provocó la inmediata reacción de la oposición. El portavoz municipal del PSOE, Jaime Lissavetzky, señaló que el Ayuntamiento de Madrid vive un «auténtico tsunami» institucional porque todos los que han tenido algo que ver con el caso Madrid Arena «han sido cesados, han dimitido» o han sido desplazados de sus funciones. Por eso, cree que Ana Botella, debería plantearse dimitir
Por su parte, el portavoz de IU, Ángel Pérez, asegura que «lejos de cerrar una crisis de gobierno», la marcha de Villanueva del Gobierno municipal lo que hace es abrirla en términos políticos». David Ortega (UPyD) pidió a Botella que explique «por qué apoyaba al hasta este miércoles vicealcalde y, de repente» prescinde de él».
ABC 10/01/13