EL MUNDO – 19/06/15
· Convergència afirma que no se reconciliará con Unió ni aunque fracase el proceso soberanista.
El proceso soberanista ha acabado por enterrar el artefacto político más importante de la historia moderna de Cataluña. CiU, tras 37 años de entente electoral y 28 de ellos en la Generalitat, no volverá a existir nunca más. Aunque se trataba de una ruptura largamente anunciada, y que se aceleró el miércoles después de que Unió decidiera salir del Govern, se requería una última puntilla. Y la dio ayer sin remilgos Convergència, cuyo coordinador general, Josep Rull, pronunció en rueda de prensa unas palabras históricas: «El proyecto de la federación de CiU se ha acabado».
Convergència, en una decisión de urgencia tomada el miércoles por la noche, anunció el divorcio apoyado en la negativa de los democristianos a sumarse al plan «insobornable» de Artur Mas para lograr la independencia. Para los convergentes, la marca CiU ha sido «útil» durante más de tres décadas «en términos autonómicos». Con el desafío de la independencia en el horizonte, «el instrumento de la federación deja de tener sentido» y Unió se convierte en una rémora para que «Cataluña sea un Estado». No habrá más reuniones ejecutivas ni acudirán juntos a las elecciones del 27 de septiembre. En definitiva, una ruptura como «un camino sin retorno», acaben como acaben los comicios «plebiscitarios» y aunque el proceso soberanista se estrelle. No hay espacio para la reconciliación.
La formación de Mas se conjuró ayer para pedir públicamente a sus hasta ahora socios que el final de etapa se lleve a cabo «sin dramatismos» y «de forma razonable». Lo hizo primero el presidente de la Generalitat en el Parlament, donde pidió que fuera una «separación amistosa» y cubrió de elogios públicos el trabajo hecho por los consellers salientes: Ramon Espadaler, Josep Maria Pelegrí y la vicepresidenta, Joana Ortega. Rull, sin embargo, ofreció una voz menos amable y no evitó los reproches cuando fue preguntado sobre si cabía imputar únicamente a Convergència la decisión de desintegrar la federación: «Cuando Unió dice que no quiere concurrir juntos a las elecciones y deja el Govern, es un hecho».
La ruptura será definitiva una vez los partidos decidan en los próximos días cómo se reparten los proyectos e instituciones que comparten. Tras la salida anunciada de los consellers de Unió del Govern, queda en el aire el reparto de la representación municipal lograda el pasado 24 de mayo –cuando la marca de CiU obtuvo hasta 436 alcaldías–, las diputaciones y los consejos comarcales. También la organización del grupo en el Senado o la bancada parlamentaria en el Congreso de los Diputados, donde el líder de Unió y promotor de la negativa a sumarse a la independencia, Josep Antoni Duran Lleida, ejerce de portavoz de los 16 diputados de CiU, seis de ellos democristianos. Rull anunció ayer que el papel de Duran es uno de los «elementos» sobre los que diputados y senadores nacionalistas decidirán hoy en Madrid.
Otra de las claves pasa por saber cómo se repartirán ambas formaciones la deuda que arrastra la federación. Según el último informe fiscalizador del Tribunal de Cuentas publicado el año pasado con datos de 2012, CiU acumula 10 millones de euros de deuda. Convergència como partido debe 3,5 millones y la situación para Unió es más acuciante, con un agujero de más de 16,7 millones.
REACCIONES A LA RUPTURA
Rajoy: «Contumacia en el error». El presidente del Gobierno lamentó ayer la «irresponsabilidad» y la «contumacia en el error difícilmente superable» de Mas, a quien acusó de dividir a la sociedad catalana y a CiU por el proceso soberanista.
Margallo: una «aventura» que divide . El ministro de Exteriores cree que Mas «invita a Cataluña a una aventura imposible» que le ha hecho incapaz de «mantener la coalición interna». Instó al ‘president’ a «hacérselo mirar».
Chacón: «Cataluña no gana nada». La ex ministra señaló en Twitter: «Cuatro años tensando la cuerda, dividiendo el país, familias, hermanos, amigos. Al final se dividen ellos, CiU muere y Cataluña no ha ganado nada».
Ortega: «Soy del ‘sí-sí’». La vicepresidenta saliente del Govern confesó ayer, en su último día en el cargo, su apoyo a la causa independentista: «Soy del sí al diálogo y del sí a muchas cosas».