Luis Ventoso-ABC

  • ¿Acuerdo de país? ¿O intento del PSOE de mutualizar la ruina que viene?

En la enésima alocución televisiva de Sánchez, un periodista de un medio pro socialista tuvo la dignidad profesional de preguntarle directamente por qué no levanta el teléfono y llama a Casado, toda vez que tanto apela a la unidad entre partidos. Sánchez cantinfleó con largas parrafadas evasivas, pero no contestó a la pregunta. En la misma comparecencia también le plantearon la cuestión clave: ¿Por qué padece España una de las mayores tasas de mortalidad del mundo? Sánchez respondió que «no tiene sentido establecer comparaciones entre países», y acto seguido comenzó a alardear de que su Gobierno reaccionó antes que otros. Es decir, como en una comedia de Chico Marx, hizo la comparación que en la frase anterior decía que no

tenía sentido. En otra de sus inacabables divagaciones soltó lo siguiente sobre lo que ahora llama «pacto para la reconstrucción»: «En España ya hay un pacto y un acuerdo. Ahora tiene que haberlo en Europa». Mentira. No hay todavía acuerdo en España. De hecho parece harto difícil que lo haya, pues los insolidarios separatistas catalanes le han exigido que incorpore «la autodeterminación y la república»; Vox, que es el tercer partido en votos, no acepta ni sentarse con él; y el PP le planteará unas exigencias de cordura presupuestaria y unidad nacional que a buen seguro Sánchez no aceptará. Por último, una periodista inquirió sobre algo que todos los gobiernos cabales tienen ya en mente: ¿Cuánto calcula que caerá la recaudación y hasta qué cifra cree que subirá la deuda? Asombrosamente, respondió que «no estamos en condiciones de responder, porque todavía está en estudio». Improvisan como un pollo sin cabeza, ajenos al principio básico del equilibro contable.

¿Qué plan tiene Sánchez? Es sencillo: 1.- Movilizar a todas sus terminales mediáticas para vender la mercancía averiada de que el Gobierno ha gestionado muy bien (ayer vivimos el escándalo democrático de un general de la Guardia Civil explicando que su «línea de trabajo» consiste en «minimizar el clima contrario a la gestión de la crisis por parte del Gobierno», frase que debería provocar su cese inmediato). 2.-Incrementar al máximo las ayudas sociales, sin reparar en si hay caja para ello, lo que le permitirá hacerse con una cartera de voto cautivo, al estilo peronista. 3.-¿Quién pagará la quiebra provocada por su mala cabeza económica? Pues que sean los alemanes y los holandeses, que han cometido el error de tener balances saneados. 4.-A cambio de prestarnos el dinero, la UE impondrá una cirugía de hierro. ¿Y entonces? Pues nada, hacemos un «pacto de país» para mutualizar el dolor entre todos los partidos y salvarle la cara a Sánchez. 5.-El PP debe apoyar mis presupuestos. Aunque yo seguiré con Podemos en el Gobierno, señalando a los empresarios y coqueteando con los separatistas.

La reunión de hoy con Sánchez es una trampa evidente para Casado. Muy ingenuo será si se presta blanquear una gestión chapucera, llena de resabios autoritarios y que está dejando tirados a empresarios y autónomos.