Cautela pese a todo

Florencio Domínguez, EL CORREO, 13/10/12

Prácticamente la mitad de los ciudadanos vascos (el 49%) cree que el final de ETA es irreversible y que no tiene marcha atrás, según la encuesta que hoy publica EL CORREO. Son bastantes, pero quizás no tantos como cabría esperar.

Los optimistas de este momento son muchos más, por ejemplo, que los que había hace casi dos años. En diciembre de 2010, una encuesta de la Diputación foral vizcaína cifraba en un 34,2 el porcentaje de quienes creían que era definitivo el anuncio hecho por ETA en el mes de septiembre según el cual suspendía las «acciones ofensivas», palabras que fueron interpretadas en los medios como sinónimo de tregua. Un 44,2% consideraba entonces que aquella supuesta tregua se frustraría como había ocurrido en ocasiones pasadas.

Hay también ahora muchos más ciudadanos esperanzados que los que había, por ejemplo, en la tregua de septiembre de 1998. Una encuesta publicada en EL CORREO el 27 de marzo de 1999, al cabo de seis meses de tregua, revelaba que el 76,5% de los vascos no estaba satisfecho del proceso de paz y tenía dudas de que aquello desembocara en el final del terrorismo de manera definitiva. El tiempo dio la razón a esa mayoría que recelaba.

Días antes del inicio de la tregua de 2006, Radio Euskadi dio a conocer otra encuesta según la cual sólo el 18,7% de los vascos creía que se alcanzaría la paz en menos de cinco años. El recelo, quizás como medida preventiva para no sufrir luego desengaños, ha tenido más acogida entre los ciudadanos de a pie que entre la clase política, más propicia a la euforia y a la ilusión que la mayoría de sus votantes.

En el momento actual los ciudadanos se muestran más confiados que en anteriores periodos de tregua, aunque tampoco parecen echar las campanas al vuelo. Ese aumento de la confianza es lógico. No tanto porque ETA haya dicho que renuncia de manera definitiva al terrorismo –afirmación que, por cierto, está siendo objeto de debate interno ahora mismo en el seno de la banda–, sino por el hecho más convincente de que desde agosto de 2009 no se ha producido ningún atentado etarra en territorio español, lo que constituye el periodo más largo sin ataques de ETA en España desde la creación de la banda.

Sin embargo, el número de optimistas vuelve a ser menor entre los ciudadanos que entre los dirigentes políticos. Hay que tener en cuenta que los representantes públicos de la coalición nucleada en torno a la izquierda abertzale, el PNV, los socialistas y parte del PP creen que el final de ETA es definitivo. La inmensa mayoría de los líderes políticos se apunta a la idea de que el terrorismo no volverá, pero «sólo» el 49% de los ciudadanos comparte esa ilusión con la misma intensidad. Hay más cautela entre los votantes que entre los líderes.

Florencio Domínguez, EL CORREO, 13/10/12