ABC-IGNACIO CAMACHO

Esta noche se espera en Andalucía un corrimiento de tierras que como mínimo afectará a la configuración de la derecha

PSOE. Deben de ser muy escasos los andaluces que no descuenten un triunfo socialista, aunque en minoría y con una merma de escaños. A partir de ahí, salvo catástrofe, Susana Díaz tendrá como poco un problema para formar Gobierno, sin que se pueda excluir un bloqueo de tres meses y una repetición electoral. La proximidad de las municipales y autonómicas de mayo le estrecha el margen para encontrar aliados. Adelante Andalucía, la confluencia de IU y Podemos, le va a vender muy caro el pacto. Por debajo de los 40 diputados, su resultado estará más lejos del éxito que del fracaso.

Partido Popular. Cualquier balance que le deje segundo será un alivio, sobre todo para Pablo Casado. Va a sufrir una doble sangría por los flancos y espera una pérdida significativa de votos y escaños, pero su reto real consiste en quedar por encima de Ciudadanos. Con eso cumpliría su objetivo mínimo, a expensas de un (improbable, no imposible) albur de última hora que sume vuelco con el resto de fuerzas del centro y la derecha.

Ciudadanos. En medios políticos andaluces existe la impresión de que, una vez más, puede acabar relativamente desfondado, al menos respecto a la expectativa media de los sondeos. Su meta básica es superar al PP, y si no lo cumple será una decepción aunque pueda incluso duplicar sus parlamentarios. El reciente apoyo al PSOE pesa en parte del electorado y su campaña ha resultado demasiado sucursalista, con intensa presencia de los líderes nacionales ante el escaso tirón de su candidato.

Adelante Andalucía. La marca autónoma de Podemos aspira sobre todo a resultar decisiva. Tiene muchas posibilidades de serlo por el previsible retroceso del PSOE, con el que ha pugnado por el discurso de matiz andalucista. En algunas encuestas aparece como segundo clasificado en la circunscripción de Sevilla.

Vox. Va a protagonizar con alta probabilidad gran parte de los titulares de esta noche. Un solo diputado ya le daría protagonismo, pero flota en el ambiente una irrupción bastante más sólida, en perjuicio de los populares, de C´s y hasta de la izquierda, parte cuyo electorado puede «robar» en provincias como Almería. Sus mítines finales abarrotados pintan claras señales de una crecida.

…Y la hipótesis sorpresa. Dependería del «efecto Vox», pero en este momento ya no es del todo descartable que la suma de escaños del centro derecha más los del nuevo actor invitado produzca un corrimiento de tierras. En el entorno de Presidencia han comenzado a aflorar los nervios, temiendo que el partido emergente no sólo le arrebate diputados al PP y a Cs, sino que desequilibre la correlación global de fuerzas. Hace una semana, el giro era impensable, descabellado; primaba una sensación de monotonía y de resistencia al cambio. Hoy, sin embargo, el sismógrafo electoral apunta oscilaciones telúricas que en el menor de los casos pueden dejar un recuento total apretado.