CiU y ERC logran una frágil unidad y el PSC se parte

EL MUNDO 18/09/14

· Las socialistas Geli y Ventura votan por una consulta «con todas las garantías posibles»

El Debate de Política General que ayer concluyó en el Parlament deja muchas incertidumbres acerca del futuro entre CiU y ERC, y también sobre la celebración o no de la consulta soberanista prevista para el próximo 9 de noviembre. Tras el desencuentro que exhibieron el martes Artur Mas y Oriol Junqueras, sus partidos se aferraron ayer a la hoja de ruta de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) para mantener, sobre el papel y al menos por unos días, la unidad del independentismo.

A la espera de lo que diga el Tribunal Constitucional (TC) sobre la consulta y de qué tesis se imponga después –ERC quiere desobedecer el probable veto y Mas no parece dispuesto a ello–, los socios lograron in extremis una frágil unidad en torno a las tesis de la entidad que ha organizado las manifestaciones de las últimas Diadas.

CiU y los republicanos aprobaron un texto que insta al Govern a «la planificación de la creación de las estructuras básicas y propias de un Estado, especialmente las relativas a la Hacienda y la administración económica y tributaria, la seguridad social, la administración de Justicia, la seguridad pública, las infraestructuras, las telecomunicaciones, la energía y el agua, y las relaciones exteriores».

Se trata de un calco casi perfecto de las propuestas que se incluyen en la hoja de ruta que la ANC aprobó en abril en Tarragona. La principal diferencia entre el texto aprobado ayer y aquél es que CiU y ERC se saltaron la parte más polémica de la enumeración: el «control de las fronteras, los puertos y los aeropuertos».

Sin embargo, es un pobre consuelo para los nacionalistas porque, como la resolución estrella–que habla de celebrar la consulta «con todas las garantías democráticas y de participación posibles»–, en realidad compromete a sus impulsores a muy poca cosa.

Pero ese texto, impulsado por CiU, ERC, ICV y la CUP, sí hizo daño a los socialistas, que volvieron a dividirse ayer en el Parlament. Dos de los 19 miembros del grupo –toda vez que el líder de los críticos, Joan Ignasi Elena, ya es diputado no adscrito y va por libre–, Marina Geli y Núria Ventura, votaron junto a los soberanistas. Además, otra diputada que abraza últimamente este tipo de tesis, Rocío Martínez-Sampere, se ausentó del Hemiciclo pretextando que no se encontraba bien. El portavoz parlamentario socialista, Maurici Lucena, explicó que en esta ocasión ninguna será sancionada.

El PSC se pasó la sesión de la tarde haciendo equilibrios para no escindirse en más votaciones. A esa voluntad se debió seguramente su decisión de no apoyar una resolución del PP que instaba a «acatar y cumplir de manera inmediata a las interlocutorias y otras resoluciones que dicte el TC en relación a la ley de consultas populares no refrendarias, y el decreto de la consulta que el Govern tiene previsto convocar para el 9 de noviembre».

Fuentes populares se extrañaron de que los socialistas rechazaran ese texto y de que también lo hicieran, en contra de la posición que ha mantenido en público Josep Antoni Duran Lleida, los diputados de Unió.

CiU no salió tan bien parada en cuanto al caso Pujol. Todos los partidos de la oposición aprobaron un texto que «reprueba y condena» los «actos delictivos» confesos del ex presidente de la Generalitat e insta al Govern a personarse en la causa si este caso «perjudica» a la institución de la Generalitat.

La Cámara catalana también expresó su «oposición» a que «se presione» a Andorra para que «no facilite datos bancarios», en línea con lo que defiende la Unión Europea sobre los paraísos fiscales, y pidió al Gobierno andorrano que «colabore» con la Justicia y con Hacienda.

La creación o no de una comisión de investigación sobre el caso Pujol, sin embargo, no será objeto de estudio mañana, porque en ese asunto ERC sí sumó sus votos a los de CiU para impedirlo.

De esta manera, la sesión parlamentaria de mañana servirá únicamente para aprobar, con los votos de CiU, ERC, ICV, CUP y PSC –que evitará de esta manera una nueva división–, la ley de consultas que Mas usará para firmar el decreto de convocatoria del 9-N. El pleno se celebrará por la tarde para retrasar en la medida de lo posible el recurso del Gobierno al TC. Lo más probable hoy por hoy es que el president rubrique ese texto el sábado.