Conferencia de Madrid: presentación de Nicolás Redondo

NICOLÁS REDONDO

Buenas noches. Lo primero que quiero es agradecerles su asistencia hoy aquí.

Muchos de ustedes ya conocen el papel, el objetivo, el significado, la naturaleza de la Fundación para la Libertad. Muy brevemente, para los que no lo conozcan, les diré, que la Fundación para la Libertad nació con una vocación clara de encuentro entre dirigentes, afiliados, votantes y simpatizantes del Partido Socialista y del Partido Popular.

Quisimos, desde el País Vasco donde nació, que hubiera un lugar de encuentro desde el que hacer diagnósticos comunes; y creímos en aquel momento que había problemas suficientemente importantes como para que los dirigentes, los simpatizantes, los votantes de cada uno de los partidos tuvieran la capacidad de superar sus propias siglas y ver lo que podemos denominar, intereses generales.

Los problemas que nos llevaron a impulsar la Fundación para la Libertad, saben ustedes perfectamente cuales fueron, primero ETA, la acción terrorista de ETA. Y nació el pacto para las libertades, un pacto en el que se pusieron de acuerdo el Partido Socialista y el Partido Popular, el Gobierno y la oposición. Y también consideramos, y fue posible durante un tiempo, la necesidad de llevar al nacionalismo vasco a la oposición, y para eso hubo un entendimiento, una complicidad, un pensar juntos entre el Partido Socialista y el Partido Popular.

Allí nació una alternativa al nacionalismo vasco. Por primera vez pensamos, no sólo en ganar unas elecciones al Partido Nacionalista Vasco, sino llevarlo a la oposición, y que gobernaran otros partidos, otras ideologías en el País Vasco.

Esos dos elementos, la lucha contra ETA y llevar al nacionalismo vasco, después de tantos años de gobierno sin haber sido capaz de solucionar los problemas más importantes, a la oposición, nos unieron a muchos y significados dirigentes del Partido Popular y del Partido Socialista.

Seguimos hoy, con la misma vocación, con la misma voluntad, con el mismo interés. Consideramos que es imprescindible, necesario, que las dos grandes fuerzas políticas de este país se pongan de acuerdo, establezcan consensos sobre asuntos que podemos considerar fundamentales.

Saben ustedes que hemos pedido repetidamente al partido que gobierna ahora, que es distinto al partido que gobernaba cuando nació la fundación, al Partido Socialista, y al Partido Popular que se pongan de acuerdo a la hora de enfocar, si es necesario, cuando sea necesario, la reforma de nuestro edificio constitucional.

Hemos dejado claro que es posible reformarlo, pero debe ser reformado para mejorarlo. Que nadie debe pensar, después de tantos años, en dar satisfacción plena ni definitiva a los nacionalistas con las reformas. Nosotros, los que participamos en la Fundación para la Libertad, no estamos en contra de las reformas si son necesarias; estamos en contra de que alguien haga reformas para dar satisfacción exclusivamente a minorías en este país, por cierto minorías que nunca tendrán una satisfacción plena con lo que les propongamos.

En segundo lugar creemos que esas reformas deben iniciarse desde el acuerdo entre el partido que gobierna y el partido que puede gobernar. Todos los partidos tienen su propia responsabilidad, pero el PSOE, que gobierna ahora, y el Partido Popular, que puede gobernar, tienen una responsabilidad distinta al resto de formaciones políticas. Por lo tanto, cualquier reforma o modificación de nuestro edificio constitucional, que no es sólo la Constitución, sino también el exponente mas genuino de esta constitución del 78, que son los Estatutos de Autonomía, debe iniciarse desde el acuerdo, el consenso entre las dos formaciones políticas mas importantes de este país. Lo que no es obstáculo para incrementar ese acuerdo a otras, pero el acuerdo entre las dos debe ser el primero y principal.

Por eso cuando se aprobó en el Parlamento Catalán el proyecto de estatuto, de nuevo estatuto, pensamos en establecer una oposición, una serie de debates por lo menos, para que se definieran posiciones en colación a esa propuesta. Posiciones o reacciones serenas, tranquilas, pero también diciendo cada uno lo que quiere y lo que desea decir.

Por eso hoy estamos aquí personas bien distintas, que tal vez lo que nos une fundamentalmente es que somos ciudadanos: Dos del País Vasco, Fernando y yo, permitidme esta forma de presentación.

A Fernando le conocen todos ustedes bien. Ha sido una referencia fundamental en la lucha por la paz y por la libertad en el País Vasco, sigue siéndolo, y a mí de verdad que me agrada sobremanera que él establezca hoy su visión personal sobre ese proyecto que se ha aprobado ya discutirlo en el congreso de diputados.

También amigas y amigos hoy tenemos aquí a Roberto Blanco Valdés, profesor de derecho constitucional. Muchos de ustedes le conocen por sus artículos y por sus libros, y viene de Galicia, pero sobre todo, como decía antes, es un ciudadano de este país.

Y luego tenemos con nosotros a un amigo, a Arcadi Espada, de sobra conocido por muchos motivos y por todos ustedes también.

Ellos van a reflexionar en voz alta sobre el Estatuto de Autonomía. Quiero dar las gracias, especialmente a los dirigentes de los dos partidos, Partido Socialista y Partido Popular, que hoy están aquí con nosotros. Creo que es muy importante que se vean en ambientes distendidos, tranquilos, que puedan hablar. Y yo si me permiten, representaré a los dos partidos en la Presidenta de la Comunidad Autónoma de Madrid, Esperanza Aguirre y en mi amiga y compañera Rosa Diez, diputada del Partido Socialista en el Parlamento Europeo.

Creo que es importante que nos veamos, que podamos discutir y que nos podamos poner de acuerdo todos, sobre estos grandes problemas que tiene este país. También contamos con la presencia de dos diputados, uno del Partido Socialista, y otro del Partido Popular, Pepe Acosta y Astarloa, que están aquí, van a estar poco tiempo, porque tienen que ir a votar, pero han querido dar testimonio de su presencia. Hemos hecho bien en hacerlo aquí delante, en el hotel Suecia, que es más conocido probablemente para Pepe Acosta por parte del Partido Socialista.

Y ya sin más, voy pasando la palabra.

Nicolás Redondo, 15/11/2005