Conferencias de paz o así

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 13/08/13

Florencio Domínguez
Florencio Domínguez

· La iniciativa del alcalde de San Sebastián de organizar en la ciudad una conferencia internacional de alcaldes por la paz para el próximo mes de octubre ha abierto cierta polémica. Socialistas y populares han expresado su rechazo y el PNV ha dejado ver las suspicacias y sospechas que le suscita la propuesta de Juan Karlos Izagirre.

La izquierda abertzale juega con las evocaciones que suscita la celebración de una conferencia internacional en octubre y en Aiete. Busca de forma intencionada rememorar la conferencia del 17 de octubre de 2011 encabezada por Kofi Annan que precedió al anuncio del fin del terrorismo de ETA. Pero más allá de la coincidencia en el lugar y en las fechas del aniversario, no hay más parecidos.

La reunión de personalidades internacionales de 2011 fue posible porque había un pacto indirecto con el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero para ponerle a ETA una alfombra roja. Sin acuerdo del Gobierno de España no hubiera sido posible que se celebrara aquella, ni es posible hoy una segunda parte de la conferencia de Aiete. No hay más que ver lo que ocurrió el pasado año cuando la izquierda abertzale quiso organizar un revival de Aiete. Lo único que consiguió es traer a Jonathan Powell para un encuentro con partidos y sindicatos vascos que se celebró el 20 de noviembre.

Powell anunció la constitución de una comisión de seguimiento de la declaración de Aiete que no llegó a nacer. Quedó en agua de borrajas sin echar a andar. Fueron palabras para conseguir unos titulares sin más calado.

La izquierda abertzale busca invitados internacionales siempre que puede como, por ejemplo, en el pasado ‘foro social’, pero nada de lo que organiza tiene la proyección de la conferencia de 2011.

La implicación de lo que ETA llama pomposamente «la comunidad internacional» ha sido en los últimos años un objetivo principal de la banda y de la izquierda abertzale, que ha invertido una gran cantidad de esfuerzos para buscar apoyos y abrirse puertas. ETA, en el documento de debate abierto el pasado año y todavía sin acabar, deja claro para que necesita al apoyo internacional: para «romper el bloqueo de los Estados». Es decir, para que presionen a Francia y a España y acepten negociar con ETA. Es evidente que no han tenido mucho éxito.

Además de no tener éxitos, lo que ha habido son serios tropiezos para ETA, que vio como sus representantes fueron expulsados de Noruega por su inmovilismo y que ha provocado que la Comisión Internacional de Verificación esté considerando si se disuelve ante la negativa de la banda a dar nuevos pasos. Si no lo ha hecho todavía es porque los partidos vascos han pedido a Ram Manikkalingam que continúe. La «comunidad internacional» se ha convertido en factor de presión hacia ETA, no hacia los gobiernos de Madrid y París.

FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 13/08/13