Tonia Etxarri, EL CORREO, 13/8/12
Los nacionalismos quieren las duplicidades en las administraciones para establecer una dualidad de poder con el Estado
Onos salva Vicente del Bosque, aprovechando sus dotes de persuasión, ahora que la canciller alemana Angela Merkel se ha declarado una rendida admiradora del seleccionador de ‘La Roja’, o Rajoy va a tener que trabajarse con mas afán la cohesión nacional para lograr recuperar la confianza perdida en la marca España ante los mercados que no paran de atosigarnos. Para que los ciudadanos vean, en el rescate europeo, la única solución a nuestros problemas económicos, el presidente Rajoy debería convencer en primer lugar a los principales partidos de la oposición, a los sindicatos y, sobre todo, a las comunidades autónomas que se han declarado en rebeldía. No es tarea fácil. Pero los datos cantan. Y si la prima de riesgo sigue disparada en límites insoportables y se confirma que el Estado tendría que pagar 8.000 millones de euros más de intereses, el nuevo reajuste de los próximos Presupuestos va a resultar inevitable.
Se impone un gran acuerdo político que suponga el contraste de las imágenes de grupos salteadores de supermercados, que lo único que logran con sus actitudes vandálicas es propagar el miedo a invertir en un país inseguro. Si los partidos no se movieran motivados por sus intereses electorales, el presidente Rajoy y el socialista Rubalcaba deberían estar compartiendo unas cuantas tardes de agosto para sellar una alianza frente a esos países de Europa que han hecho de la presión sobre el nuestro su modo de existencia. Y Rubalcaba, con su compañero de partido, el lehendakari Patxi López, y su opositor interno, el presidente de la Junta de Andalucía, José Antonio Griñán, debería estar haciendo lo propio. Y emplazar a Durán i Lleida para que le inyecte una dosis de responsabilidad al presidente de la Generalitat, Artur Mas.
Pero aquí, en la España de las 17 autonomías, cada cual prefiere hacer la guerra por su cuenta, pendientes de su ubicación en los sondeos de intención de voto. Consejos venden, pero para ellos no tienen. En el País Vasco el lehendakari Patxi López acaba de sacar pecho, desde la distancia veraniega pero a través de su blog, ante Rajoy para señalar que los vascos somos tan diferentes que «en casa tenemos márgenes también para hacer política». Un discurso en el que los nacionalistas se mueven como pez en el agua, pero que, lejos de provocar una coincidencia entre socialistas y PNV, ha puesto en guardia a Iñigo Urkullu, empeñado en demostrar que la comunidad autónoma está en quiebra, a pesar de su ligero superávit, porque el lehendakari socialista es un incapaz para sacar a Euskadi de las líneas rojas. Pura campaña electoral.
Pero así esta el ambiente. El PNV, que no pierde la esperanza de que López adelante las elecciones para otoño, pide un plan urgente de «contingencia» frente a los recortes impuestos por el gobierno de Rajoy. Y transparencia, mucha transparencia. Y ahí es donde el lehendakari cae en la contradicción de permitirse hacer un brindis al sol negándose a los recortes sociales mientras reconoce que, «sin ingresos, un plan de contingencia significa recortes». La nave de España tiene serias fugas de agua, pero Patxi López, en su carrera frente al PNV, se empeña en seguir tocando la orquesta, como si Euskadi pudiera permanecer aislada en la proa sin que le afecte la tormenta.
Si en España sobran casi 900.000 empleos públicos entre comunidades autónomas y municipios, el Gobierno vasco se acaba de permitir el lujo de comprometerse a ofertar 3.000 nuevas plazas de empleo público durante 2012. Con un par. Es cierto que la vasca es la única comunidad autónoma que cuenta con un superávit del 0,25% durante el primer trimestre de 2012. Pero no es una burbuja. Y que el 13,5% de paro se sitúa en el extremo opuesto a los datos de Andalucía, con su 33%. Pero no se puede presumir. Los nacionalistas aprovechan para defender el corte umbilical con España sin pararse a pensar que una Seguridad Social independiente, con 508.000 pensionistas y 905.000 cotizantes, no sería sostenible al margen del resto de España. Por ejemplo.
La necesidad de eliminar duplicidades en las administraciones ha sido uno de los debates estelares del pasado curso político, pero que, en el País Vasco, nuestros políticos no lo abordan con determinación porque los nacionalistas quieren, precisamente, mantener esas duplicidades para situarse en una relación con el Estado de igual a igual. Con el Gobierno vasco , tres diputaciones con sus correspondientes Juntas Generales integradas por 51 representantes cada una de ellas, 251 ayuntamientos y 450 empresas públicas. Los malos tiempos llaman a la puerta. También a la vasca. Sería un error que el lehendakari, como hiciera Zapatero cuando regalaba el ‘plan E’ en plena crisis, presumiera de pertenecer a la élite de la liga de campeones.
El trasfondo de su mensaje es que ha llegado el momento de contraponer la marca Euskadi a la marca España. El lehendakari, al final, ha caído en la tentación identitaria que tanto decía combatir. En lo económico. Pero por ahí se empieza. No quiere admitir que no se trata de un juego de economía casera. Este es un juego de economía global donde los agentes son las grandes marcas mundiales. Made in Germany, USA, China. Y en esa Liga hay que jugar con el peso de la unidad. O nos salvamos juntos o descendemos todos a Tercera División.
Tonia Etxarri, EL CORREO, 13/8/12