HERMANN TERTSCH – ABC – 13/06/15
· Limar diferencias siempre ha sido acercar las posiciones europeas a la condescendencia y complicidad latinoamericana con la dictadura y sus abusos.
Son 61 los jefes de Estado o Gobierno que se reúnen en una cumbre de la Unión Europea (UE) y la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). Ya solo por el carácter multitudinario puede descartarse que surja nada serio de un encuentro así. Por desgracia, las razones para la falta de seriedad y relevancia de este encuentro desde el miércoles en Bruselas no radican solo en las dificultades prácticas de un encuentro inmanejable. Las más graves se deben a diferencias políticas y conceptuales tan profundas entre muchos participantes que hacen imposibles acuerdos eficaces.
Claro está ya que cuando se rebajan las diferencias políticas entre una mayoría de países Latinoamérica y Europa siempre es en detrimento de la defensa de la libertad. Los valores a saldo. Así ha sido con Cuba. Limar diferencias siempre ha sido acercar las posiciones europeas a la condescendencia y complicidad latinoamericana con la dictadura y sus abusos. Con su desprecio a las víctimas del régimen cubano y a los derechos humanos en la isla. No merma en nada esa vergüenza europea el hecho de que Obama se haya unido a tan lamentable legión genuflexa ante los ancianos hermanos de la brutal y semieterna dictadura.
Con Venezuela, los europeos han tenido el mínimo pudor de no dejarse llevar por los cómplices del régimen chavista de Maduro. Que el ecuatoriano Correa o el boliviano Morales intenten ayudar a ese gobierno mafioso que subsiste con la gestión del hambre, el terror y la inseguridad, es muy lógico. Ellos están donde están gracias al padre de todo ese movimiento del llamado «socialismo del siglo XXI» que de momento ha hecho perder todo lo que llevamos de siglo XXI para el desarrollo de sus pueblos. A cambio ha comprado voluntades en medio mundo, ha financiado guerrillas, terroristas y partidos subversivos en Occidente y ha convertido en multimillonarios a miles de miembros de esa casta que blanquea por Europa y mucho en España el botín del saqueo de todos aquellos países y sus negocios comunes, el narcotráfico el más próspero, una vez hundida la producción de los petróleos de Venezuela.
La jaula se ha cerrado y la dictadura venezolana es pelele de la dictadura cubana, maestra en supervivencia. Por mucho que Obama y el coro relativista europeo haya decidido que el régimen cubano es entrañable. Lo cierto es que con el fracaso político y económico brasileño, un Santos embarcado en una terrible complicidad ya con las FARC, Chile bajo una Bachelet decidida a destruir la magnífica singularidad racional chilena y un presidente de Mexico debilitado, no hay nadie para sacar a Latinoamérica de su obsesión por aferrarse al victimismo izquierdista y a la ideología del igualitarismo en el fracaso y el odio a la libertad.
Enfrente han tenido a una Europa mediocre y mediocremente representada. Que no tiene músculo moral ni otro criterio que el de rebajar diferencias aunque siempre lo haga en detrimento de la libertad en América y de su propia dignidad.
HERMANN TERTSCH – ABC – 13/06/15