De la marmota al camaleón

EL MUNDO 22/12/16
JORGE BUSTOS

Que empiece el invierno es un pretexto tan bueno como otro cualquiera para fumarte el último Pleno del año. Eso pensarían los diputados culpables de que el Hemiciclo pareciera ayer la presidencia de honor del PP: una pura vacante. Flotaba en el ambiente una inminencia de maletas, la morriña de circunscripción del parlamentario de provincias. «Es que mi casa da al mar», suspiraba la gallega YolandaDíaz, que para eso es de En Marea. Por no estar no estaba ni Papá Noel, rol que compete a don Mariano (en Nueva York) desde que falta Cañete y desde que los líos de la política le clarean la barba de más.

No se entiende que Bescansa reproche a la vicepresidenta que el Gobierno se conduzca como si conservara la mayoría absoluta. Igual les funciona como consigna para la tele, pero los hechos –Lomce, salario mínimo, pronto la leyMordaza, ayer mismo el bono social para impedir los cortes de luz a los insolventes– prueban que el paquete legislativo que está inaugurando el segundo mandato de Rajoy no figuraba precisamente en su programa. Escandalizarse de que PP y PSOE se entiendan es fulanismo de patio de colegio. Lo relevante es la letra ideológica de la ley que resulte de esa cooperación. Y esa letra, se mire como se mire, es socialdemócrata, y no sólo en economía. Cuando Isabel Rodríguez (PSOE) o AitorEsteban inquirieron a Catalá por la memoria histórica –Iglesias aplaudió–, el ministro informó de que el mapa de fosas actualizado por sus funcionarios ha recibido 90.000 visitas este año, o de que en Sevilla se les ha restituido el honor a 313 presos políticos. Y no cierran Casa Pepe porque es un negocio privado, como lo es la serie sobre SerranoSuñer que tiene al antifascismo de guardia al borde de armar un maquis en Telecinco. Si hasta Montoro confesó entrañablemente a Pedro Saura: «Estamos en sus manos». En cambio, al engorro de suprimir aforamientos pactado con Rivera le dio largas Soraya con una disertación administrativa que durmió a toda la bancada naranja, incluida Reyes en la Mesa.

Rufián hizo su número esta vez sobre violencia policial e Iglesias instó a Montoro a incumplir la ley. Arguyendo que falta información sobre fraude fiscal en el fútbol (habrá que regalarle una suscripción a Orbyt), vino a pedirle más munición de castigo, vicio del que don Cristóbal se está quitando. Dastis (nuestro Faulkner de consulado) y Zoido aún no han pulido su oratoria, demasiado atada al papel. Batet, de gualda, habló igual que Letizia: contenido humanitario y fonética silbante. El año parlamentario de la marmota tampoco iba a acabar sin la cuota de tabarra catalana.

Y de la marmota al camaleón. En la política española está ocurriendo un dominó de usurpaciones: el PP le roba la socialdemocracia al PSOE para mantenerse en el poder y el PSOE le achica la ideología a Podemos mientras pacta medidas con el Gobierno para sellar la irrelevancia de sus competidores. Y en los polos se levantan dos cabreos: el de Podemos porque el bipartidismo le arrebata en sus narices las banderas de la pobreza energética y del salario mínimo: ya sólo serán noticia por la purga errejonista. Y en la derecha aznarí porque se sienten huérfanos de representación conservadora y liberal. Con razón.