Luis Ventoso-ABC

  • Los presidentes autonómicos deben rechazar hoy la «España multinivel» y el trato bilateral a Cataluña

Hoy se celebra en Salamanca, con asistencia del Rey y a mayor gloria de Sánchez, una conferencia de presidentes autonómicos vaporosa, para la que el Gobierno ha garabateado un simulacro de orden del día que cabe en media cara de un palillo. Además, la reunión no será en puridad lo que su nombre indica, toda vez que faltará Aragonès, el mandatario de una de las comunidades más importantes de España. El presidente catalán ha dado el habitual plantón despreciativo del separatismo. Los gobernantes independentistas no se pueden rebajar a departir sobre el futuro de España al lado del vulgo español. Profetas del trampantojo del pueblo superior, ellos se reservan para su ‘comisión bilateral’ con Sánchez del próximo lunes, donde volverán a dar la turra con su autodeterminación y su amnistía, quimeras en nuestra legalidad. Por su parte Urkullu, que tras una pátina de mayor educación también arrastra un rancio complejo de superioridad sobre el resto de los españoles, finalmente acudirá tras haber amagado con que tampoco iría. Tanta gentileza de última hora atiende a que el Gobierno ha comprado ‘in extremis’ su asistencia cediendo al País Vasco la recaudación de varios nuevos impuestos (es decir, desguazando un poquitito más lo que queda de Estado español).

Todo esto sucede cuando el PSOE acaba de dar a conocer su nueva formulación teórica sobre lo que debe ser territorialmente España. De la nación de naciones de Zapatero hemos llegado a la «España multinivel». Con este flamante eufemismo, los socialistas nos presentan un país donde habrá dos tipos de ciudadanos: los VIPS (Cataluña y País Vasco), con privilegios extras, trato bilateral con el Gobierno y capacidad de dibujar cómo tendrá que ser la futura España (o más bien No España); y los parias del montón, es decir, los 37,4 millones de españoles restantes. Obviamente, es un modelo injusto, insolidario y hasta supremacista, pues parte de la base de que unos españoles son superiores a otros, más valiosos e importantes.

Los presidentes autonómicos que hoy van a acudir a Salamanca, sean populares o socialistas, no deberían transigir con esta discriminación. Deberían aprovechar el foro para expresar en alto, y a la cara de quien impulsa la «España multinivel» para lisonjear a los separatistas que lo sostienen, que no existe en el mundo un estado avanzado que esté cimentado sobre un disparate así. Ayuso, Feijóo, Page, Lambán, Moreno Bonilla, Mañueco, Puig… tienen que decir que no admitirán un modelo que relega a los ciudadanos de sus regiones frente a otros, que liquida la igualdad entre españoles y que además premia la deslealtad y castiga a los cumplidores. Llega la hora de espetarle a Sánchez que por ahí no se puede seguir. Toca anteponer por una vez los intereses de España a las genuflexiones de partido. ¿De qué sirve hablar del futuro de España en un foro cuando en el laboratorio de Ferraz se está inventado ya algo que a medio plazo ni siquiera merecerá tal nombre? Despierten. Díganlo.