Dichos y hechos

EL CONFIDENCIAL 07/11/16
BEGOÑA VILLACíS

· Parece que al gobierno municipal de Ahora Madrid le ha faltado un buen Sancho, a juzgar por el pésimo resultado de su gestión, que bien puede resumirse en un “quiero y no puedo”

El día que recibimos los presupuestos del Ayuntamiento Madrid, hubo tres cosas que reconozco que me sorprendieron, aunque me temía cómo iban a acabar. Una fue el anexo de inversiones del presupuesto, con nada menos que 537 actuaciones comprometidas, para que lloviese a gusto de todos. La segunda, una frase del concejal de Hacienda a representantes sindicales recogida con estupor por los representantes sindicales de UGT: “El remanente de caja no tiene límites”, lo que viene a ser una vuelta de tuerca más aquello de “el dinero público no es de nadie. Lo tercero, a pesar del superávit, el equipo de gobierno no tenía la más remota intención de cumplir con el mandato del pleno, que a propuesta de Ciudadanos le conminaba a bajar los impuestos a los madrileños.



· Al final, el gasto siempre sale de los mismos: impuestos directos, indirectos, tasas, transferencias del estado con origen en más impuestos y demás

 

Toda una declaración de intenciones en la que trasluce el respeto del gobierno municipal por el dinero público, la intencionada desconsideración al poco fondo que tienen los bolsillos de los madrileños, ya severamente explotados por los anteriores gobiernos del Partido Popular, porque, no se olvide, Sr. Concejal de Economía, al final, el gasto siempre sale de los mismos: impuestos directos, indirectos, tasas, transferencias del estado con origen en más impuestos y demás. Y un simple vistazo al proyecto de presupuesto de 2017 nos dice que ese esfuerzo asciende a 320 euros más por madrileño respecto a hace dos años. Sí se puede.

El mayor logro de Ahora Madrid al frente del consistorio no es algún programa social nuevo ¿serían ustedes capaces de citar alguno?- ni tampoco una evidente mejora de los servicios públicos. Lo que mejor han hecho es convertirse en una extraordinaria máquina de recaudar. Los ingresos están superando las previsiones más optimistas y todavía prevén arañar 188 millones más en 2017.

Atrás han quedado los años en que a 1 de enero había que tener previstos 800 millones de euros para pagar la deuda –los vencimientos mandaban- y las arcas municipales están muy saneadas.

En ese contexto llegó Ahora Madrid a la Alcaldía, y –vuelvo al principio- prometieron y prometieron inversiones en cada barrio y distrito, sin decir no a nada, sin comprobar la viabilidad y oportunidad de cada gasto, sin mirar primero las propias capacidades y competencias para concluir el proyecto.

Además, el superávit de 2015 dejó en la caja más de 500 millones de euros cuyo destino era también inversión en la ciudad. Por doquier comenzaron a aparecer notas de prensa y declaraciones sobre arreglos de colegios, de calles, de instalaciones deportivas. Más de 400 proyectos que se sumarían a los 537 ya presupuestados. Cooperación internacional, programas, escuelas de empoderamiento, espacios para debatir sobre nuevas masculinidades, cuentos de la lechera y mucho, pero que mucho slogan; que si Madrid te cuida, que si Madrid Regenera, que si Madrid ciudad de los cuidados…


· Consumidos dos tercios del año en curso, el porcentaje de inversiones municipales concluidas es apenas del 8% con los últimos datos publicados

Y aquí fue donde Ahora Madrid chocó con su propia incapacidad. Casi en la última página del Quijote, tenemos al fiel Sancho diciendo a su señor aquello de que “del dicho al hecho hay gran trecho”, ante las cábalas futuras que su señor hacía, y lo fácil que todo les iba a resultar. Pues bien, parece que al gobierno municipal le ha faltado un buen Sancho, a juzgar por el pésimo resultado de su gestión, que bien puede resumirse en un “quiero y no puedo”. Juzguen Vds. mismos. Consumidos dos tercios del año en curso, el porcentaje de inversiones municipales concluidas es apenas del 8% con los últimos datos publicados. Es decir, que de cada 100 euros prometidos, solamente han gastado 8, y el resto acabará destinado a pagar anticipadamente la deuda de Madrid.

¿Cómo es posible que los mismos equipos técnicos municipales capaces de invertir 9.500 millones en menos de dos legislaturas no puedan ahora sacar adelante las inversiones? La respuesta no es otra que la descoordinación e incapacidad del equipo de gobierno, ahogado en sus propios mantras ideológicos, en interminables debates, en contentar a todos y al final no hacer nada.

Decenas y decenas de proyectos fueron declarados inviables, muchos de ellos -1.000 casillas había que rellenar- no fueron consultados con los grupos de interés o con los destinatarios finales. Otros muchos se han encontrado con dificultades técnicas o burocráticas: edificios que requieren obras distintas a las proyectadas, actuaciones insostenibles a largo plazo… Y un tercer grupo, directamente no eran de competencia municipal o no cumplían la normativa estatal para llevarlas a cabo: básicamente generaban costes que no se podrían garantizar en un futuro. Un verdadero fracaso que ahora, a menos de dos meses para acabar el año vemos con toda claridad.

Y así, hemos descubierto una nueva forma de bajar la deuda: la apatía presupuestaria. O sea, no hacer nada salvo hablar. Una especie de “dolce far niente” aderezado de intensos debates, eso sí.

No importa que algunos colegios tengan goteras o a fecha de hoy no sepan si su sistema de calefacción funcionará. Tampoco que la operación asfalto tenga lugar –ya lo dudo- en noviembre entre atascos y charcos. El hermoso presupuesto de las 1.000 casillas de inversión ha quedado para enmarcar, aunque las bibliotecas lo cataloguen entre las novelas de ficción.

Pese a que Sánchez Mato decía este verano que “amortizar deuda anticipadamente es vergonzoso”, para este gobierno no hay mal que por bien no venga, así que no les quepa duda de que tratarán de venderles esta amortización por incapacidad como un logro económico del gobierno municipal, aunque sea el resultado de meternos la mano en el bolsillo más de lo necesario y de dejar en el aire las promesas realizadas. Así las cosas, el único cambio que ha visto Madrid es el que te den día sí día no, gato por liebre. Eso sí, con hermosos eslóganes. Es la insolvencia la que provoca que muy a pesar del Gobierno Municipal la deuda se reduzca, y es que Srs. de Ahora Madrid, hasta para gastar hay que saber gestionar.