El desprecio y el sexo

SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 11/12/15

Santiago González
Santiago González

· Es el caso que en el debate a nueve, la candidata a diputada Marta Riverade la Cruz fue interpelada sobre la intención de Ciudadanos de eliminar el agravante penal por violencia de género, una discriminación por razón de sexo que el zapaterismo introdujo mediante la Ley Orgánica 1/2004, de 28 de diciembre, sencillamente llamada Ley contra la Violencia de Género.

Rivera se vio rodeada en el debate a propósito del programa de su partido. De las 335 páginas del programa, hay tres, de la 203 a la 205 que tratan de manera específica, razonada y razonable la cuestión de Igualdad y violencia de género e intrafamiliar. La frase que suscitó el escándalo del socialista Hernando fue la siguiente: «En cuanto a la actual ley contra la violencia de género, en Ciudadanos pensamos que debe ser modificada para acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo y la ineficacia de la propia ley».

El hombre que ha sido portavoz socialista en el Congreso durante la legislatura pasada se puso severo para decir: «C’s quiere quitar el agravante por violencia de género. Se conoce que no han entendido ustedes nada». La interpelada respondió que «es tan grave que un niño vea cómo su padre mata a su madre como que vea que su madre mata a su padre», y denunció los fallos de la ley mientras el portavoz en funciones la miraba como las vaquitas al tren del tópico.

El pobre Sánchez ha terciado en el debate para exigir a Ciudadanos que modifique la propuesta reproducida más arriba porque expresa «un pensamiento reaccionario» que demuestra «un desconocimiento pasmoso» de esta realidad.

Hagamos un poco de historia para que Antonio y Pedro se aclaren un poquito. Esa protección de la mujer que debe de parecerle progresista al joven, aunque despistado Sánchez, data de 1944, cuando el franquismo creó un agravante para los delitos que tuvieran como víctimas a mujeres. Se llamaba «desprecio de sexo» y así estuvo durante los 39 años siguientes. Hasta que aquel Congreso de los 202 escaños socialistas aprobó la eliminación del agravante. La iniciativa fue del PSOE, naturalmente. Era ministro de Justicia Fernando Ledesma Bartret. Su directora de Gabinete se llamaba María Teresa Fernández de la Vega. Defendió la posición del PSOE el diputado Paco Granados, mi librero de Burgos. Sostuvo que el argumento de la debilidad de la mujer era insostenible en unos tiempos en que una mujer –la Sansona del siglo XX la llamaban– arrastraba un camión tirando de una soga con los dientes.

El Tribunal Supremo se había adelantado. En sentencia de 1977 estableció que: «La agravante de sexo es un tanto anacrónica en tiempos como los actuales, de emancipación femenina en los que la mujer ha conseguido o está en trance de conseguir la absoluta igualdad de sexos, pareciendo que incluso desea renunciar a todo privilegio o protección que implique discriminación o desigualdad respecto al varón».

Así fueron las cosas y tantos años más tarde los compañeros de Eguiguren siguen agarrándose a la galantería franquista para proteger a las mujeres. ¡En tiempos de la Dulce Neus! Literalmente acojonante. Estoy convencido de que no es maldad, sólo ignorancia.

SANTIAGO GONZÁLEZ – EL MUNDO – 11/12/15