EL CORREO – 29/01/15
· El secretario de Estado para la Unión Europea sostiene en la Cámara vasca que «si una parte del territorio nacional se segrega, se convierte en otra cosa».
LAS CLAVES
· Íñigo Méndez de Vigo «La UE considera que es un asunto interno del Estado y hará lo que diga España»
· Ramón Rabanera «Álava quedaría libre para decidir su futuro si Euskadi opta por independizarse»
El Gobierno central advirtió ayer que una posible declaración de independencia por parte de Euskadi provocaría su salida inmediata de la Unión Europea. El recado lo dejó Íñigo Méndez de Vigo, secretario de Estado para la UE, en la ponencia de autogobierno del Parlamento vasco que aborda la posible reforma del Estatuto de autonomía, apenas unos días después de que EH Bildu presentase su propuesta para romper con España mediante la «insubordinación democrática» e incluso la «desobediencia».
El foro parlamentario retomó unos trabajos que, por ahora, están centrados en la comparecencia de diferentes expertos jurídicos y políticos. La ronda comenzó en abril del año pasado y tendrá una nueva parada el 25 de febrero cuando intervengan Ramón Jáuregui y José Antonio Herce, doctor en Economía por la Universidad Complutense. Ayer les tocó el turno a Méndez de Vigo y a Ramón Rabanera, exdiputado general de Álava. Ambos acudieron a petición del PP.
La reflexión del secretario de Estado llegó, precisamente, a preguntas de Borja Sémper. El representante de los populares le preguntó sobre cuál sería el estatus de Euskadi en Europa si decide segregarse de España, un debate que ya surgió a raíz de la consulta soberanista catalana del pasado noviembre. A pesar de los esfuerzos de la Generalitat y de las principales fuerzas y colectivos soberanistas por recalcar que una posible ruptura no tendría por qué suponer la salida de Cataluña de la UE, los portavoces comunitarios rechazaron esta tesis y subrayaron que sí, que si salía de España abandonaba la Unión.
Un argumento que ayer recuperó Méndez de Vigo al afirmar que los tratados europeos son «muy claros» y que «si una parte del territorio nacional se segrega y se convierte en otra cosa, a esa parte no se le pueden aplicar las disposiciones de los tratados» y «queda fuera de la Unión Europea». Según el representante del Ejecutivo central, las instituciones comunitarias no van a reconocer «jurídica o políticamente» el resultado de una «consulta o declaración unilateral» de independencia.
Méndez de Vigo situó ahí la gran diferencia entre el proceso catalán y el vivido en Escocia, donde los gobiernos de Londres y Edimburgo pactaron la celebración de un referéndum soberanista el pasado mes de septiembre. Al no haber acuerdo, la UE considera que es «un asunto interno» y hará «lo que diga España».
En todo caso, la posibilidad de que, al menos a corto plazo, Euskadi entre en un camino similar al catalán es reducida. Aunque el PNV no ha terminado de concretar en qué consiste su propuesta, sus dirigentes no aluden a la independencia, sino a términos como la «bilateralidad», el reconocimiento del «hecho nacional» vasco o, como mucho, el derecho a decidir. Conceptos que, en su opinión, deberían estar incorporados en el futuro Estatuto y también en una posible reforma de la Constitución que podría abordarse durante la próxima legislatura, tras las elecciones generales de otoño. Además, los jeltzales no ocultan que su pretensión es intentar suscribir un acuerdo con los socialistas, con quienes podrían alcanzar un mínimo consenso. Y no pasaría, precisamente, por una declaración de independencia.
«Lealtad constitucional»
Sobre esa posible revisión de la Carta Magna, Méndez de Vigo defendió el modelo alemán y reconoció que algunas disposiciones podrían incorporarse al ordenamiento jurídico español. Entre ellas, el «principio de lealtad constitucional».
Antes que el secretario de Estado, intervino Rabanera. Su discurso se mantuvo por una senda muy similar. El que fuera diputado general de Álava defendió la relación entre el País Vasco y el conjunto del Estado porque está «plenamente vigente» y advirtió que si Euskadi decidiera independizarse, Álava quedaría «libre para decidir lo que quisiera de cara a su futuro».
Aunque se mostró convencido de que esa ruptura no se producirá, el actual senador del PP rechazó que la solución consista en la propuesta federal que defiende el PSOE porque no serviría para «unir», sino «más bien lo contrario». Rabanera, en todo caso, señaló que esta cuestión «no es una preocupación» de los vascos, aunque admitió que se debería acometer una reforma basada en un «gran consenso entre todas las formaciones políticas» similar al logrado en torno a la Constitución del 78. Una revisión que debería «clarificar el reparto competencial de una vez por todas» entre el Estado y las autonomías.
EL CORREO – 29/01/15