El guiso intragable que cocinan Mas y sus Juntos

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 15/09/15

· Contaba Jordi Pujol hace años ante un grupo de periodistas convocados por él en un hotel de Madrid la historia del destino final de un guiso en el que cada uno que pasaba cerca de la lumbre le añadía algún condimento que fuera de su gusto, tanto daba que se tratara de sal o de tocino, sin ocuparse de saber si alguien antes que él ya le había añadido ese producto a la olla.

«El resultado final de ese guiso es inevitablemente un bodrio», dijo Pujol. Se refería, el ex presidente de la Generalitat, al Estatuto que en aquellos momentos se estaba debatiendo en el Parlamento catalán. Hablamos por tanto del año 2005. Y tenía razón, aunque hoy resulte asombroso ese comentario de quien se convirtió luego en impulsor y guía del independentismo que ahora se prepara para romper España. Y es ese «bodrio» original el que alimenta el delirio y es el espíritu y el olor de aquel guiso descrito por Jordi Pujol el que impregna desde el primer día esta campaña catalana.

La prueba es la mezcla intragable de ideas, personajes, recuerdos y descalificaciones que pretende presentar el hoy presidente catalán en forma de argumento para convencer a los ciudadanos de que voten a favor de esa lista, en sí misma indefendible desde un punto de vista ideológico y también político. De modo que los catalanes se enfrentan al dilema de tener que elegir entre una independencia que les augura un futuro fastuoso o José María Aznar. A ver quién mejora ese nuevo bodrio. Lo que es inconcebible es que existan ciudadanos que aguanten impávidos que les traten como si fueran imbéciles. Es verdad que en las campañas electorales se tiende a simplificar los mensajes hasta límites intolerables, pero lo que se apunta desde las filas de la lista unitaria entra de lleno en lo ofensivo para los electores.

El problema que tienen los Juntos es que no pueden vender con datos reales, ciertos, verosímiles, la mercancía que llevan en la maleta porque esa mercancía es falsa de toda falsedad. Y se ven empujados, por lo tanto, a revolotear por el mundo de las fantasías, de las invenciones y de las trampas, sean éstas de constatación o de meras argumentaciones. Y, sinceramente, da vergüenza. Y miedo. Vergüenza por el espectáculo y miedo al comprobar cómo una parte de una población que se tiene por culta, civilizada y sensata, admite sin pestañear unos mensajes del tenor de los que estamos escuchando.

Es verdad que los Juntos son expertos en la movilización y encuadramiento de sus masas. Y es verdad que los no independentistas que viven y votan en Cataluña no tienen enfrente a una sola lista sino a varias y con planteamientos diversos y divergentes en muchos aspectos. Pero esos partidos que no concurren unidos tienen algo a su favor que es de una importancia capital: hablan de cuestiones reales, hacen razonamientos verosímiles, emplean argumentos que pueden sostenerse en contraste con los hechos. Esa es su fuerza y no es poca.

VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 15/09/15