EL CORREO – 25/04/15
· La líder de la ANC asegura ante miles de soberanistas que «ningún Gobierno podrá evitar que el 27-S proclamemos la libertad de Cataluña»
La Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Ómnium Cultural escenificaron ayer que el núcleo duro del independentismo social sigue activo, en contra de lo que reflejan las encuestas, que apuntan a un progresivo descenso del apoyo al secesionismo. Las dos plataformas que lideran desde la sociedad civil el proyecto soberanista demostraron una vez más su capacidad de movilización y congregaron a unas 16.000 personas en el interior de un Palau Sant Jordi casi abarrotado. En cambio, fracasó la llamada a llenar también en el exterior el anillo olímpico, pues apenas acudieron unas 7.000 personas.
La ANC y Ómnium pretendían reactivar el movimiento secesionista con una demostración de músculo, además de vincular la independencia con las elecciones municipales –una especie de primera vuelta de los comicios autonómicos del 27 de septiembre para las fuerzas soberanistas–, y en parte consiguieron su propósito. Los independentistas son conscientes de que, con el despegue de Podemos, ya no son los únicos que capitalizan el descontento y la indignación, de ahí el enfriamiento que apuntan las encuestas. Aun así, enviaron un nuevo mensaje de fuerza y advirtieron de que no cejarán en el empeño hasta que consigan la separación de Cataluña del resto de España.
«No nos rendiremos», aseguró Muriel Casals, de Ómnium. «Ningún Gobierno ni Estado podrá frenarnos, ni podrá evitar que el 27-S demos la vuelta a la historia, ganemos y proclamemos la libertad de Cataluña», agregó la presidenta de la ANC, Carme Forcadell. «Ya hemos desconectado del Estado español. Las elecciones del 27-S serán las más extraordinarias de nuestra historia y convertirán a Cataluña en el próximo estado de Europa», añadió.
Toque de atención
Forcadell nunca hubiera querido celebrar esta alocución y este acto en una Cataluña aún como comunidad autónoma, ya que en su hoja de ruta inicial, la que aprobó hace dos años, la ANC se propuso declarar la independencia el 23 de abril de 2015, y por tanto los acontecimientos no están discurriendo todo lo rápido que esperaba.
Entre otras razones, porque cada vez empieza a ser más patente que una cosa es la fuerza del movimiento independentista, que ha llegado para quedarse –eso sí registrando fluctuaciones–; y otra muy distinta es la fuerza del proceso político emprendido por Artur Mas y Oriol Junqueras, que languidece y pierde gas a marchas forzadas a medida que crece la pugna entre Convergencia y Esquerra, representados en el mitin por Josep Rull y Junqueras, respectivamente. También acudió David Fernández (CUP), y los tres quisieron dar una cierta imagen de unidad. Carme Forcadell, aun así, dio un toque de atención a los dos partidos mayoritarios en Cataluña por sus continuas desavenencias. «Juntos desobedecimos y juntos vamos a ganar», les recordó.
Pese a la contundencia oratoria de Forcadell, que ayer pronunció su último discurso como presidenta de la plataforma que ha liderado el proceso independentista en la calle, hasta ahora le ha ‘comprado’ todas las rectificaciones a Artur Mas. Fue la primera dirigente que avaló la consulta rebajada del 9-N, asumió la sustitución del referéndum por unas elecciones autonómicas y también coincide con el presidente de la Generalitat en que si Mariano Rajoy adelanta las generales, quizá sea necesario hacer un «replanteamiento» sobre el 27-S.
Mas quiso cerrar ayer la polémica que ha generado él solo con sus declaraciones. «Yo la duda no la he sembrado», dijo, «no me preguntéis cosas que son una evidencia. Claro que habrá elecciones», aunque no citó explícitamente la fecha acordada con Esquerra en su pacto sobre la hoja de ruta soberanista. El jefe del Ejecutivo catalán lleva días presionando a Junqueras. Primero condicionó la convocatoria electoral al apoyo parlamentario de ERC, y más tarde la puso en solfa si Rajoy adelanta las generales. Está por ver a qué responde la estrategia del presidente de la Generalitat: si a un interés real por cuestionar la fecha electoral, o a una operación tacticista que busca el apoyo de los republicanos de cara a los pactos postmunicipales. En especial en el ayuntamiento de Barcelona, donde Esquerra coquetea con Ada Colau, lo que dejaría a CiU sin la joya de la corona.
EL CORREO – 25/04/15