FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 27/03/13
· Lo más llamativo de la declaración es el toque de atención dado a los miembros de la Comisión Internacional de Verificación.
El comunicado difundido ayer por ETA se parece al lamento de ‘Kalimero’, el personaje de los dibujos animados al que nadie le quiere. Los noruegos han expulsado de Oslo a los dirigentes etarras –aunque la banda no reprocha nada al país nórdico–, el Gobierno de España no quiere ir a negociar el desarme, el de Francia tampoco ha querido una negociación particular como le propuso hace unos meses ETA, el PNV apoya a los gobiernos y a los únicos que quieren hablar del desarme, los miembros de la Comisión Internacional de Verificación, va y les dice que ese asunto no es de su competencia. Todos tienen la culpa, pero ETA está ahora más sola que hace un mes.
De la declaración de ETA, al margen de la amenaza que puede haber en las alusiones a las «consecuencias negativas» de su expulsión de Oslo, lo más llamativo es el toque de atención dado a los miembros de la Comisión de Verificación que encabeza Ram Manikkalingam. En las últimas reuniones celebradas en Noruega, los verificadores urgieron a ETA a dar nuevos pasos en el camino del desarme o de la disolución, pero los representantes etarras se negaron. Ahora, como respuesta a esas peticiones, la banda pone en su sitio a los verificadores recordándose que su papel no es controlar el desarme.
ETA tiene formalmente razón, ya que la CIV se constituyó sólo para comprobar el respeto a la tregua. Sin embargo, la cuestión del desarme fue puesta sobre la mesa en Noruega. Ahora ETA da un portazo público al grupo internacional que cuenta con mayor consenso en el País Vasco, aunque no sea reconocido por el Gobierno central. Es, por otra parte, el único que tiene una función concreta, a diferencia del GIC de Currin que sólo aparece para haber bulto en los foros de la izquierda abertzale. Si la CIV había comenzado a pensar en su disolución, la declaración de ayer no va a ser un factor que anime a sus miembros a seguir actuando.
La banda terrorista ratifica su esquema de que el desarme tiene que ser el resultado de una negociación con España y Francia. En esa cuestión no se ha movido un ápice desde el 20 de octubre de 2011. Su problema es que París y Madrid tampoco han cambiado su rechazo a esa petición. Además, ambos ejecutivos mantienen una estrategia común. ETA reconoce veladamente el fracaso de un movimiento realizado hace unos meses para arrastrar a París hacia una negociación unilateral.
El comunicado explica que la presencia de la delegación etarra en Noruega era el resultado de un compromiso con el último Gobierno socialista, como si con esa información fuera a sacarle los colores al PSOE a estas alturas. Esa cuestión está ya amortizada políticamente. Aun sin conocer los detalles concretos, todo el mundo sabía eso ya que de otro modo Oslo no hubiera autorizado la presencia de etarras en su territorio.
Lo único que no hace el comunicado de ETA es decir qué va a hacer a partir de ahora la banda terrorista. Porque si alguien está en una situación incómoda es ella.
FLORENCIO DOMÍNGUEZ, EL CORREO 27/03/13