El líder islámico catalán recela de sus imanes

EL MUNDO – 13/04/15

· Admite que la ‘mayoría’ pronuncia sermones ‘incompatibles con los valores occidentales’ El líder más representativo de la comunidad islámica en Cataluña, Mohamed el Ghaidouni, señaló ayer que el principal factor para explicar la creciente radicalización de musulmanes en esta comunidad autónoma es que la «mayoría» de sus imanes utilizan las mezquitas para proyectar pregones «que no son compatibles con los valores occidentales».

El presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña, que representa al 60% de los musulmanes de la comunidad, incidió en que los imanes de las mezquitas catalanas proceden y han sido educados en Marruecos y eso les lleva «a desconocer la realidad cultural, social, lingüística e histórica de Cataluña» y, en consecuencia, «a no proyectar el islam desde una perspectiva de ciudadanía catalana, sino con una carga histórica y cultural de otro país». «Ése es nuestro problema», abundó en Catalunya Ràdio.

El Ghaidouni admitió que nos encontramos ante «una situación muy crítica», después de conocer que en los planes de los yihadistas detenidos la pasada semana estaba el secuestrar y degollar a un español siguiendo los métodos propagandísticos del Estado Islámico.

Este marroquí, que lleva afincado en Cataluña desde 1992 y es reconocido por propugnar un islam moderado, instó ayer a «cambiar el chip» ante la evidencia de que parte de los integrantes de la célula extremista arrestada por los Mossos d’Esquadra había nacido en España y se había convertido al islam para después urdir planes terroristas. El Ghaidouni subrayó la necesidad de «analizar el proceso de radicalización que tenemos en casa» desde otra óptica, porque «la tendencia ha cambiado» y «no podemos hablar de personas radicales que han venido de fuera». Circunstancia que explicó por el abismo educativo y cultural que existe entre la mayor parte de los imanes catalanes y los musulmanes que acuden a sus mezquitas. «Si realmente no tienen conocimiento del entorno en el que actúan pueden causar problemas al conjunto de miembros de la comunidad», zanjó el portavoz musulmán.

También censuró, no obstante, que el ministro del Interior señalase a mezquitas como la de Reus de ser un foco de radicalización islámica y acusara a la Fundación Nous Catalans –afín a CiU– de «hacer proselitismo» con musulmanes vinculados al radicalismo islamista «para incrementar la causa del independentismo». El Ghaidouni denunció que entre la comunidad a la que representa cunde la sensación de que el Gobierno «quiere aprovechar políticamente» la crisis derivada de las detenciones yihadistas, pero añadió que lo mismo están haciendo «algunos políticos catalanes».

Jorge Fernández Díaz mantuvo sin embargo ayer su discurso invariable y volvió a considerar que determinados sectores de Cataluña no están integrando «de manera prudente» a la inmigración porque supeditan la inclusión de los recién llegados «al proyecto independentista».

Las consideraciones del ministro volvieron a soliviantar a los partidos soberanistas. La secretaria general de ERC, Marta Rovira, manifestó que la vinculación del proceso soberanista a «movimientos fundamentalistas y violentos» es «indignante, irresponsable y repugnante». También la vicepresidenta del Govern, Joana Ortega, acusó a Fernández Díaz de «imprudente» y llamó a dejar de avivar «el nivel de alarmismo». Tampoco se mantuvieron en silencio los Mossos. Su director, Albert Batlle, afirmó que el intercambio de información con Interior no es fluido y que el proceso soberanista podría explicar las «reticencias del Estado» a solucionarlo.

Una voz autorizada

Más de 300.000 musulmanes. La Unión de Comunidades Islámicas de Cataluña aglutina a 150 agrupaciones musulmanas, lo que equivale al 60% de los seguidores del islam en Cataluña, unas 300.000 personas.

Integrado y tolerante. Mohamed el Ghaidouni procede de Marruecos, lleva afincado en Cataluña desde 1992 y su perfil tolerante e integrador le llevó a organizar la primera visita de un obispo a una mezquita en Cataluña.

EL MUNDO – 13/04/15