JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO

  • El control de RTVE es un paso importante en el control de la opinión

Radio Televisión Española es la muestra palpable de cómo una ley presuntamente dirigida a mejorar un servicio público puede provocar justamente el efecto contrario. Se han cumplido tres años de la aprobación de la ley 5/2017 a instancias del Gobierno de Pedro Sánchez con el objetivo, decían, de «recuperar la independencia de la Corporación RTVE y el pluralismo en la elección parlamentaria de sus órganos». Al final de aquella sesión, Podemos celebró «la victoria de los trabajadores del ente público» y el portavoz socialista anunció que se ponían a trabajar «para alcanzar la plena independencia del ente público». Tres años después, la tele pública está en manos de Rosa María Mateo, colocada a dedo por Pedro Sánchez y que goza de un poder absoluto en el ente. Ni siquiera existe un consejo de administración que la pueda controlar. La operación le salió perfecta al presidente. Se presentó a la opinión pública como el adalid de la independencia y la pluralidad en RTVE, pero colocó a una plenipotenciaria como administradora única; dueña y señora de la tele pública. En estos años le ha dado tiempo a situar a sus peones en todos los puestos claves. A laminar a todos los tertulianos críticos con el Gobierno. A recolocar a los corresponsales no concomitantes con Moncloa. También ha pagado un precio: las audiencias se han escapado a otras cadenas.

Los en otro tiempo intocables Telediarios ahora juegan en tercera división detrás de Antena 3 y Telecinco. La cuota de pantalla ha perdido los dos dígitos y anda por el 8,7%. La tele es un medio clave para configurar la opinión pública. Muchas personas conforman su opinión a partir de los datos que les proporciona la televisión tanto en los programas informativos como en los de entretenimiento. Cuando alguien avisa a su interlocutor con un «en mi opinión» no hace más que reflejar los imputs recibidos de los medios que frecuenta. Así que el control de la tele es un paso importante en el control de la opinión.

El objetivo inicial de Sánchez era hacer más independiente y plural la RTVE, pero, como dice el clásico, lo mejor es enemigo de lo bueno. Provocó tal enredo para la elección de los nuevos consejeros y del presidente que logró una interinidad interminable y beneficiosa para sus intereses de control. El 10 de diciembre de 2018 el comité de expertos hizo pública la lista de los 20 aspirantes a presidir RTVE y sustituir a Rosa María Mateo. Pero el sistema diseñado es tan enrevesado, requiere tanto consenso, tanto comité, tanta selección, tantos expertos, que no hay manera de implementarlo. Lo último que ha dicho Sánchez es que «hay un informe de los letrados y espero que (el asunto) se resuelva en los próximos meses». No será fácil que suelte el mando (de la TV).