El discurso político no resulta suficiente para mantener intacta la red de apoyos electorales, máxime cuando se abandona el Gobierno y apenas si quedan las palabras para seguir movilizando a los ciudadanos menos ideologizados. Ese es el principal efecto colateral de perder el control sobre los presupuestos de las instituciones, un hecho que cobra especial relevancia en unos tiempos de crisis económica marcados por los recortes presupuestarios.
En este contexto, las subvenciones se convierten en una de las mejores maneras de amarrar las fidelidades políticas. El PNV ha hecho lo que parecía imposible. Pese a haber salido del Gobierno vasco hace ya más de año y medio, ha sido capaz de mantener viva con partidas multimillonarias su influencia en relevantes ámbitos económicos y sociales y hacerlo además gracias al dinero de los Presupuestos Generales del Estado. El pacto que la formación que dirige Iñigo Urkullu cerró con el PSOE en el Congreso de los Diputados sobre las cuentas estatales de 2011 le permitió decidir el destino, a través de enmiendas conjuntas con los socialistas, de subvenciones por un total de 126 millones de euros que ha repartido entre instituciones y entidades de Euskadi y Navarra con criterios mucho más cercanos a los intereses de partido que de país. Los apoyos se han centrado en empresas, instituciones y asociaciones mayoritariamente ligadas o vinculadas a sus siglas o a sectores por los que mantiene una preocupación específica.
Guipúzcoa y Vizcaya, sus principales feudos, han sido las provincias más favorecidas, con casi el 83% de los fondos distribuidos, mientras que Álava queda a mucha distancia, con el 11,9%, aunque eso sí, una de las mayores subvenciones por cuantía (12 millones, según el resumen presupuestario del Ministerio de Ciencia) la ha recibido la Asociación para el Fomento y Promoción de Actividades Industriales y Deportivas de Automoción (AFYPAIDA), una agrupación alavesa que impulsa un proyecto de coche eléctrico, cuyo rector es Jesús Echave, un empresario vinculado históricamente al PNV. De una u otra forma, la formación nacionalista es la principal beneficiaria política en Euskadi del acuerdo presupuestario. Todos los Ayuntamientos vascos y navarros que han recibido ayudas económicas directas derivadas del pacto de apoyo a Zapatero están regidos por el PNV o este partido figura en el equipo de gobierno. La única excepción es el consistorio de Zumaia, donde el PNV cedió la alcaldía a EA, con la que concurrió en coalición en 2007, pese a tener más concejales.
Seis subvenciones de las 53 establecidas que suponen el 25% de las ayudas pactadas van directamente a parar a instituciones, asociaciones o empresas vinculadas o con estrechas relaciones con los peneuvistas, mientras que el resto siempre guardan relación con caladeros de votos o áreas de influencia nacionalista.
Visto desde el otro lado, ninguna de las subvenciones presupuestarias ha ido directamente a parar a un Ayuntamiento socialista o popular, ni a asociaciones, empresas o proyectos vinculados con ambos partidos. Como mucho, algunas recaen en proyectos en los que un consistorio en manos socialistas, como es el caso del de San Sebastián, comparte accionariado con el resto de las instituciones, como la partida que contriburiá a la reforma del edificio que albergará el centro cultural de Tabakalera.
El Ayuntamiento de Bilbao es el que recibe la mayor cantidad de las que se van a librar a las instituciones, con 11 millones de euros para la reparación de los muelles de la Ría a su paso por la capital vizcaína. De entre las que se libran a empresas, asociaciones y otras entidades destaca la citada de AFYPAIDA. Ligados al proyecto de esta asociación figuran igualmente los del centro de innovación empresarial Denokinn, que recibe 1,5 millones, y de Epsilon Euskadi, que ingresará dos millones más.
De ese bloque principal de aportaciones por volumen, seis millones se destinan a la Fundación Euskaltel, empresa que dirige el ex lehendakari José Antonio Ardanza, para un proyecto tecnológico en Álava que ha sido criticado por otras operadoras, y una cifra similar recibirá Etorlur, la sociedad de compra de suelo para la promoción de viviendas o parques industriales de la Diputación de Guipúzcoa. Muchas de las subvenciones a empresas y asociaciones quedan agrupadas bajo el amplio paraguas de la I+D, en proyectos que no han pasado por ningún tipo de concurso competitivo al respecto, y a fundaciones cuyo objetivo es el desarrollo de tejido industrial en algunas de las zonas más afectadas por el desempleo. Así, por ejemplo, el Duranguesado, las Encartaciones y el Gohierri reciben ayudas para que determinadas asociaciones trabajen en la búsqueda de nuevos nichos industriales o incubadoras de empresas, o en la promoción de empresas de elevado carácter tecnológico.
Desde el mundo empresarial no se cuestiona directamente el destino que se ha dado a estos fondos, precisamente porque existe una justificación coyuntural a la inyección económica, pero sí se apunta que se podría haber diversificado más tanto en el tipo de asociaciones que se han beneficiado como en las comarcas y los sectores que los han recibidido.
Fuentes empresariales se congratulan, sin embargo, de que una buena parte de los fondos vayan destinados a la universidad. En este caso, sí se ha cubierto todo el ámbito posible, de forma que las partidas llegarán tanto a la pública UPV como a los dos centros privados de enseñanza superior: Deusto y Mondragon Unibertsitatea.
Más en concreto, la UPV recibe casi 11 millones de euros en dos ayudas diferentes: una de 8,8 millones para la construcción de un edificio en el parque científico que se levantará en su campus de Leioa y otros dos millones más para un centro de innovación social.
Mondragon Unibertsitatea recibirá dos millones para la creación de un centro de investigación e innovación en alimentación y gastronomía, mientras que la Universidad de Deusto contará con 7,5 millones procedentes de los Presupuestos Generales del Estado que se destinarán a un proyecto de infraestructura y equipamiento de investigación para su campus donostiarra.
El patrón de las decisiones
El reparto de las ayudas concedidas a las instituciones o entidades radicadas en Álava y en Navarra, las dos provincias menos agraciadas en esta distribución de subvenciones, refleja perfectamente el patrón que se ha empleado. De esta forma, los Ayuntamientos navarros de Lesaka y Alsasua y los alaveses de Barrundia, Llodio y Lantaron se encuentran regidos por el PNV.
Pero es que además en Navarra una de las partidas que los peneuvistas han logrado intriducir en los Presupuestos del Estado apoya a la Federación de Ikastolas de la comunidad foral con 2,5 millones de euros. La ayuda está cargada de simbolismo, ya que el presidente navarro, Miguel Sanz, planteó al lehendakari López que el Gobierno vasco dejase de subvencionar a las ikastolas navarras por ser una «injerencia».
En Álava, el impacto resulta más relevante porque mayores son las cuantías de las partidas y el número total de ayudas concedidas, también con el mismo criterio. De los 15 millones de euros que recaen en esta provincia, buena parte van destinados a proyectos vinculados al empresario Jesús Echave y a su iniciativa de desarrollar un coche eléctrico urbano.
Los empresarios agrupados en torno a las asociaciones AFYPAIDA y Epsilon Euskadi promocionan también un circuito de carreras automovilísticas en la zona de Araka, entre el casco urbano vitoriano y el aeropuerto de Foronda, donde actualmente se encuentra una base del Ejercito de Tierra. Este proyecto ha sido públicamente apoyado en diversas ocasiones por el PNV.
Otras ayudas concedidas se canalizan hacia entidades relacionadas con el partido que dirige Iñigo Urkullu, como por ejemplo la partida de 1,5 millones de euros que recibirá Digibat, la asociación de televisiones digitales locales, que dirige David Mejuto, responsable de Canal Vizcaya. Algunos de los beneficiarios son menos conocidos. Es el caso del millón de euros que va a parar al Centro Vasco de la Arquitectura.
EL PAÍS, 16/1/2011