José Antonio Zarzalejos-El Confidencial
- En el partido creen que el presidente del Gobierno negocia una consulta en Cataluña y aseguran que «no le importaría un cambio de régimen» tras su reivindicación del «republicanismo luminoso»
En Génova consideran a Sánchez «un panzer (vehículo de combate blindado) del poder», un líder del que no hay antecedentes históricos en la reciente democracia —»nada que ver con Rodríguez Zapatero»—, una «nueva especie política» en nuestro sistema, un hombre «monofocal», un político que «teatraliza como en un circo su gestión» y que dispone de «capacidades de engaño que la gente no termina de percibir». Es «un tipo al que no le importaría un cambio de régimen porque carece de filtros morales». En el PP ha causado una «pésima impresión» su «reivindicación del republicanismo luminoso«, el pasado día 28, lanzada en el acto de conmemoración del primer aniversario del fallecimiento de Almudena Grandes.
Estas son las duras apreciaciones de un miembro especialmente cualificado del nuevo equipo de Núñez Feijoo, que considera crítico lo que ocurra a la izquierda del PSOE —Podemos y Yolanda Díaz— sin descartar que la vicepresidenta segunda y el PCE concurran con los socialistas dejando «hundido» a Podemos. Esta —la fragmentación de esa zona de la izquierda— es la cuestión más delicada para el PSOE y su secretario general. «Se trataría de que Yolanda Díaz hiciese un Fernández Ordoñez» (el ministro de Adolfo Suárez se pasó al PSOE en 1981 y terminó siendo ministro de Asuntos Exteriores con Felipe González).
En Génova dicen contar con «ciertas evidencias» de que Sánchez prepara un referéndum consultivo en Cataluña que debería pronunciarse acerca de un posible acuerdo entre el Gobierno y la Generalitat y que resultaría la culminación de la mesa de diálogo con ERC. En esa clave se entenderían las designaciones de los dos magistrados gubernamentales en el TC: Juan Carlos Campo fue el muñidor material de los indultos —que están recurridos ante la Sala Tercera del Supremo— y Laura Díez, barcelonesa y catedrática de Constitucional, asesora del PSC y del propio Bolaños en materias relativas al desarrollo lingüístico en Cataluña. Una nueva mayoría progresista en el TC quizás respaldase esa decisión del Gobierno de Sánchez.
Una suma del PP y Vox del 46%
En el PP se ha llegado a la conclusión de que para vencer en unas elecciones generales al PSOE será necesario que, con Vox, las derechas sumen el 46% de los votos, es decir, que los populares alcancen el 30% y los de Abascal se mantengan en el entorno del 15%. Y para llegar a esos porcentajes se precisaría que la crisis económica siguiera golpeando a las clases medias y bajas, que el PP recoja todo el electorado de Ciudadanos, que se produzcan transferencias desde el PSOE moderado y que la izquierda de la izquierda se rompa. Al mismo tiempo, el PP da por irremediable contar con Vox para relevar a Sánchez de la Moncloa.
Mientras que los socialistas —siguen estas fuentes— tienen capacidad de alianza con otras fuerzas, la del PP es muy limitada, a reserva de lo que ocurra en las autonómicas y municipales del 28 de mayo, que serán la primera prueba de fuerza de Núñez Feijoo tras la euforia de las elecciones en Andalucía el pasado 19 de junio.
Las autonómicas y municipales del 28 de mayo serán la primera prueba de fuerza de Feijóo tras la euforia de las elecciones en Andalucía
Desde Génova no se percibe con optimismo la posibilidad de pactar con diputados que procedan de la España vaciada a la que, además, no auguran buenos resultados. «Quizás, además de Teruel Existe (ahora, Aragón Existe), obtenga un escaño por Soria». En la estrategia de los populares se tiene en cuenta que Madrid, Cataluña, Valencia y Santa Cruz de Tenerife ganarían un escaño y lo perderían las circunscripciones de Cádiz, Badajoz y Ciudad Real. No sería un cambio sustancial, pero al tratarse de provincias pequeñas obtener la primera plaza en las elecciones primaría «mucho» las expectativas conservadoras.
País Vasco y Cataluña
Las peores expectativas del PP se producen en el País Vasco y en Cataluña. Según sus encuestas obtendría dos diputados (Álava y Vizcaya) de los 18 que se juegan en Euskadi y seis de los 49 en liza en Cataluña. Una proporción demasiado reducida que requerirá «empujar mucho» en otras comunidades. Hasta el momento, Núñez Feijoo no ha convocado los congresos regionales en ambas autonomías y faltan por determinar los candidatos para Bilbao y Barcelona, con la seguridad de que la alcaldía de la primera seguirá en manos del PNV y la segunda es posible que recaiga en Jaume Colboni (PSC) con la colaboración de ERC. Al PP le «preocupa» la implantación de Valents, un partido catalán de centro derecha dispuesto a colaborar con los socialistas para evitar a los independentistas. Respecto de un posible pacto con el PNV «las cosas son muy difíciles porque con nosotros [el PP] no habría problema, sería insuperable para ellos una relación cualificada con Vox».
En el equipo de Núñez Feijoo «falta gente». Se achaca a que es «muy difícil hacer retornar a profesionales que se han ido a la actividad privada» y también al hecho de que «Casado dejó el partido hecho una ruina». En este momento, el núcleo duro del PP está formado por el eurodiputado Esteban González Pons que asume las relaciones institucionales, Cuca Gamarra la secretaría general, Elías Bendodo la coordinación del partido, Miguel Tellado se ocupa de la organización y Juan Bravo asume el área de política económica. Aunque la procedencia de este equipo —al que hay que añadir el grupo de comunicación y del gabinete— es tanto gallega como andaluza, son los primeros los que están intentando marcar un liderazgo de Núñez Feijoo «moderado» frente a otros «más partidarios de la radicalidad» porque consideran que el rechazo que provocan la persona y los aliados de Sánchez dispone de una fuerza movilizadora que «va más allá de las siglas» en referencia a su colaboración con Bildu y ERC. «La negociación de los Presupuestos Generales, ha sido un espectáculo solo comparable a un zoco: se ha cambiado apoyo por reforma del Código Penal, por transferencias autonómicas y por primas económicas en detrimento de comunidades más deprimidas».
La sombra de Ayuso
Las fuentes de Génova explican que el presidente del PP está configurando un partido «más horizontal que vertical», a diferencia de lo que pretendía Casado y, sobre todo, su secretario general, Teodoro García Egea, pero ahí se están encontrando con el discurso de Ayuso. «Ninguno de los dos va a dar la nota, pero el peso del discurso de la presidenta madrileña» es obvio en los posicionamientos comunes de la organización. En este sentido, Isabel Peleteiro (IMOP) reflexiona sobre la necesidad de que el presidente del PP practique una política moderada porque Sánchez, a su forma, distanciándose de los planteamientos legislativos de Podemos (ley trans, ley de vivienda, ley de trata) consigue en su espectro parecer un dique frente al radicalismo de los morados.
Peleteiro insiste en que los conservadores moderados —y de más edad— le piden sosiego a Feijoo, mientras que los jóvenes aceptan mucho mejor la sencillez rotunda de los planteamientos de Isabel Díaz Ayuso. Añade que el presidente del PP ha de liderar una «propuesta centrada e ilusionante«. En la misma línea se manifiestan otros científicos sociales que creen que el PP ahora está «estancado», que debe ser ambicioso en políticas moderadas y que ya no puede sacar más rendimiento a la estela eufórica de las elecciones andaluzas ni a su propio efecto.
Sánchez y el «enamoramiento» internacional
Carlos Clavero (DYM) sostiene que el núcleo duro del PP debe reforzarse, mejorar posiciones en comunidades en las que está débil (País Vasco y Cataluña), diversificarse respecto del discurso de Isabel Díaz Ayuso y valorar con detenimiento el hecho de que Sánchez ha conseguido que le favorezca un «enamoramiento» de la comunidad internacional a su persona. «Creo que Núñez Feijoo necesita todavía un ADN de liderazgo».
Es más optimista respecto de las expectativas del PP Narciso Michavila (Gad3), que cree que existen dos realidades: «la de la moqueta y la de calle». Sospecha que el ciclo del PSOE estaría acabándose si perdiese en las elecciones de mayo la comunidad extremeña y la ciudad de Sevilla, aunque subraya que el PSOE «aguantará en las autonómicas y municipales», pese a que su izquierda está destruida y esa es, con la crisis económica y la transferencia de voto de Ciudadanos, la oportunidad de las derechas. Tanto Michavila como otros científicos sociales consultados entienden que la situación económica es determinante y que si se acentúa la crisis pesarán también, y mucho, las alianzas del Gobierno y la falta de cohesión de la coalición con Unidas Podemos.
Medina (Metroscopia): «Díaz es un piloto sin escudería y Podemos una escudería sin piloto»
Andrés Medina (Metroscopia) incide también en la proyección internacional de Sánchez, observa una ralentización del llamado efecto Feijóo que cuantifica en la diferencia en las encuestas entre lo que atribuían a Casado y lo que le atribuyen a la nueva presidencia del PP. Medina supone que el PP está en condiciones de ganar dos millones de votos procedentes de Ciudadanos y de Vox, y sin cuantificar, los que provengan de zonas del PSOE moderado. Respecto de la izquierda a la izquierda de los socialistas, dice que «Yolanda Díaz es un piloto sin escudería y Podemos una escudería sin piloto».
«No estamos en 2011»
Con práctica unanimidad —a la que se une también José Pablo Ferrándiz (Ipsos)— se considera que el PP se equivocaría si supone que el «momento Sánchez» es similar al «momento Zapatero», o en otras palabras «si cree que la crisis que hundió al predecesor de Rajoy se va a repetir con Sánchez en la Moncloa y Núñez Feijoo de candidato”. Ferrándiz aduce que la sensibilidad social es alta a la protección en tiempos de penuria y que, si la inflación se contiene y, sobre todo, si el empleo no cae, pese a ser el más alto de la UE, aunque sí lo haga el PIB, un sector del electorado «pueda dar por buena la situación». Añade que «los cisnes negros con los que ha tenido que lidiar este Gobierno como la pandemia, la guerra de Ucrania y la crisis energética» promueven un «juicio más benevolente del electorado». Todos los expertos en investigación social consultados atribuyen un fuerte efecto a las medidas sociales —también al incremento de las pensiones según el IPC— y a la cobertura que la Unión Europea está dando a las políticas del Gobierno.
El PSOE, el que más se juega en mayo
El PP sale con ventaja en las elecciones autonómicas y municipales del 28 de mayo. No se juega ni Castilla y León, ni Andalucía, ni Galicia y sus mayorías están aseguradas tanto en la región de Murcia como en Madrid en donde los conservadores esperan una mayoría absoluta de la lista de Isabel Díaz Ayuso. Cataluña y País Vasco tampoco celebran autonómicas, aunque las municipales y forales son estratégicas en ambas comunidades. En el primer caso por Barcelona, municipio al que aspira el PSC, y en el segundo porque se ventila el gobierno de las diputaciones que son las haciendas integrales de los tres territorios históricos.
Los socialistas tienen que mantener posiciones en Aragón, Extremadura, Asturias, Castilla-La Mancha, Valencia, Navarra y La Rioja en donde ostentan la presidencia de la comunidad, apoyados en fuerzas a su izquierda o nacionalistas como en el caso de Canarias, salvo en Toledo donde Emiliano García-Page tendrá que luchar por su mayoría absoluta lo mismo que Guillermo Fernández Vara en Mérida. Si las izquierdas de Unidas Podemos se desfondan y suman el PP y Vox, en Génova creen que «caerán» al menos dos comunidades y decenas de ciudades ya que el sistema de elección de alcaldes, una vez que no existe mayoría absoluta, corresponde al partido con más concejales.
«El PP tiene buenas expectativas en las municipales y en las generales deberá contar con Vox y entre ambos llegar al 46% de los votos»
En cuanto a Ceuta, en las municipales de 2019 la suma del PP y Vox arrojó 15 escaños sobre 25 y en Melilla, con el mismo número de ediles, el PP obtuvo 10, Vox 2 y Ciudadanos uno. El electo de Cs se presentó a la investidura frente al popular Juan José Imbroda —al frente de la ciudad autónoma durante 19 años— y fue apoyado por Coalición por Melilla y el PSOE. Eduardo de Castro, actual alcalde la ciudad, fue inmediatamente expulsado de Ciudadanos. En el PP se asegura que con el derrumbe de los naranjas y después del giro de la política de Sánchez con Marruecos, que ha impactado especialmente en Melilla, existen posibilidades de sumar con Vox y volver a hacerse con el gobierno municipal.
Unos resultados favorables el 28 de mayo otorgarían a Núñez Feijoo la credencial que todavía no ostenta en plenitud para lo que necesita, además de esos buenos resultados, también «ocupar espacios públicos» según uno de sus asesores en Génova, al tiempo que mejorar las relaciones con los medios de comunicación y «evitar errores» que la «maquinaria al servicio de Sánchez» detecta de forma inmediata. El resumen sería que el PP tiene buenas expectativas en las municipales y que en las generales deberá contar con Vox y entre ambos llegar al 46% de los votos o, al menos, al 43% pero «bien repartidos».