VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 03/09/15
· Al presidentMas le ha salido el tiro por la culata en lo que se refiere a sus intenciones iniciales, que eran las de convertir su extraña comparecencia parlamentaria en un acto de venta de su mercancía independentista. No ha podido ser porque el escándalo del 3% ha ocupado una parte importantísima de las intervenciones de los demás grupos, de modo que ese ha sido el asunto que ha dominado el conjunto del acto celebrado en el Parlament.
Eso no quita para que Artur Mas haya intentado varias cosas de una tacada: la primera, pretender separar a los catalanes entre ciudadanos por el sí y ciudadanos por el no en estas elecciones, en las que pretendió convencer a los diputados de que no hacía falta someter al electorado un programa de gobierno. Se hace así brutalmente evidente que el presidente de la Generalitat está dispuesto a llevar a la ciudadanía hacia una legislatura en la que, de ganar las elecciones con su extraña lista unitaria, Cataluña no sería gobernada sino directamente lanzada hacia un remolino vertiginoso en la que los responsables de poner orden en la vida pública catalana se aplicarían exclusivamente a darse cabezazos contra los muros de la legalidad. Es decir, de la realidad.
En ese intento contó con la entregada ayuda de la portavoz de ERC, Marta Rovira, que en sus dos intervenciones no puso ni una vez en apuros a su socio electoral, y se dedicó, en cambio, a publicitar la Arcadia de una Cataluña independiente gracias a partidos como el suyo, que está exento de corrupción. Dejando a un lado el repetido compromiso de su partido con la transparencia y honestidad en la gestión de la cosa pública, quedó claro que ERC está presa de su afán por lograr la victoria el 27-S, la gran ocasión, la única e irrepetible, y ha optado por callar ante las evidencias con el propósito de preservar la vida de esa lista única en la que tienen puestas sus últimas esperanzas.
La segunda cosa que intentó Mas, con la ayuda de Jordi Turull, el portavoz parlamentario de CDC, fue envolver a la Guardia Civil, a la Fiscalía y al Ministerio del Interior en una nube de sospecha por juego sucio; intento que no le salió bien porque en la respuesta de los grupos se le instó a denunciar la supuesta filtración previa del registro a los medios de comunicación que él había dejado caer como aquel que no dice nada.
No salió dañado Artur Mas de su comparecencia porque es un parlamentario hábil y pudo sobrevivir a los dardos de Miquel Iceta, de Albert Rivera y de Joan Herrera, que tuvieron unas primeras intervenciones notables. No salió dañado pero no salió vencedor. Antes bien, salió cargando con el fracaso de su propósito primero.
VICTORIA PREGO – EL MUNDO – 03/09/15