El presidente se atrinchera

EDITORIAL EL MUNDO – 05/02/16

· Anticipa el «no» del PP a cualquier fórmula «hipotecada» de Gobierno encabezada por el PSOE Agita el miedo al colapso económico y dice que España es de nuevo «un interrogante» en la UE.

La caída estrepitosa de la Bolsa, los temores de los empresarios y, ante todo, la última advertencia de la Comisión Europea que, ayer mismo, en la presentación de sus pronósticos económicos para 2016, 2017 y 2018 alertaba de los riesgos de la incertidumbre política en España, se lo pusieron en bandeja. Rajoy, que siempre ha enarbolado el vuelco económico como el primer aval de su gestión, no tuvo reparo alguno en agitar el fantasma de un nuevo parón en el crecimiento y en la creación de empleo si finalmente el Gobierno responde a la fórmula de alianza de izquierdas que pretende el líder socialista Pedro Sánchez.

Para el presidente del PP, que ayer reunió a su grupo parlamentario en el Congreso para tapar las grietas del desánimo que se agrandan día a día, un pacto gubernamental liderado por Sánchez será la pincelada definitiva que presentará a España de nuevo como «un interrogante» a ojos de la Unión Europea y el resto del planeta.

Los perfiles empiezan ya a asomar pese a que la situación de la economía española sigue siendo buena. La incertidumbre generada por la ausencia de proyecto político claro mes y medio después de las elecciones y el camino emprendido por el candidato a la investidura no vaticinan, en opinión del líder popular, nada bueno.

Rajoy arengó a los suyos con las virtudes del pacto de gran coalición que él propone. Una alianza entre PP, PSOE y Ciudadanos, las fuerzas constitucionalistas, que en cualquier caso tendría que estar presidida por él en su condición de jefe de filas del partido más votado. Es este un requisito indispensable, sin el cual la fórmula perfecta perdería el ingrediente esencial.

«Votaremos no a la investidura de Sánchez en cualquier caso», avisó para que no quedara ninguna duda. «Y lo haremos porque el PP es un partido de Gobierno, porque hemos ganado las elecciones y porque no tenemos vocación de bisagristas».

Este plan, que definió como «coherente» y «sensato», sería el único capaz de asegurar un Gobierno «fuerte y estable», el único que «respetaría la voluntad de la gente» y el único, también, «capaz de trasladar un mensaje nítido» de continuidad en la recuperación económica.

La alternativa que persigue Pedro Sánchez, un nombre que envenena el ánimo de Rajoy, alumbraría poco menos que un engendro, un Ejecutivo «sujeto a hipotecas y actitudes extremistas». En definitiva, un Gobierno de «radicales» que sería un «lastre» para el despegue de la nación.

Y es que el presidente en funciones está convencido de que lo que pretende el candidato propuesto por el Rey a la investidura no es otra cosa que el acuerdo con Podemos y el respaldo, explícito o implícito, de las fuerzas independentistas. A sus oídos parecen haber llegado los rumores que hablan de una abstención o apoyo de último minuto de ERC, que Sánchez insistiría en no haber buscado pero que, al fin y al cabo, le abriría las puertas de La Moncloa.

Existe otra vía, sí, la del acuerdo entre PSOE y Ciudadanos que, ayer, a la vista de la sintonía exhibida por Sánchez y Rivera en su primera cita negociadora, parece cobrar fuerza. Sin embargo, esa senda está cegada por la negativa tajante de Pablo Iglesias a facilitar un Gobierno en el que la huella de C’s esté presente.

Así las cosas, en opinión del presidente en funciones todo hace temer una vuelta atrás que implicaría echar por la borda los sacrificios hechos durante cuatro años.

Para que no quedara duda de lo gravoso que resultaría el retroceso, Rajoy recordó ante los suyos que la economía española ha crecido en 2015 a un ritmo del 3,2% del PIB, en tanto que en 2012, cuando el PP llegó a La Moncloa, el dígito era negativo en un 2,1% y que el paro registrado baja ahora un 8,3% mientras que hace cuatro años crecía más de un 10%.

Rajoy además, aprovechó los datos del barómetro del CIS, el primero con intención de voto tras las elecciones del 20-D y en el que el PP registra prácticamente el mismo resultado que en las urnas –a diferencia del PSOE que desciende dos puntos–, para insistir en que su partido es el que cuenta con «más apoyo y confianza» de los ciudadanos y, en consecuencia, el único capaz de gestionar la vida del país con «coherencia».

Pese a todo, el presidente en funciones y del PP, consciente de que sus huestes adivinan nubarrones, admitió como «probable» que haya que pasar «por momentos difíciles». Pero, insistió, «este es un partido que tiene historia, que siempre se ha gobernado a sí mismo, que ha pasado por situaciones complejas y ha pasado bien, y yo os aseguro», remachó, «que en esta ocasión también va a pasar bien».

Este mensaje optimista, pese a no estar sustentado por el momento en datos objetivos, prevaleció incluso por encima del aviso lanzado a quienes tengan la tentación de caer en las redes de la corrupción.

Sabedor de que el último escándalo en el Partido Popular valenciano ha sido una puñalada para sus aspiraciones de renovar mandato, Rajoy quiso mostrarse tajante: «Esto se acabó, aquí ya no se pasa ninguna». Antes recordó que todos los detenidos en la operación Taula han sido suspendidos de militancia, que los populares de Valencia capital serán dirigidos por una gestora y, más aún, que cualquiera que incurra a partir de ahora en el pillaje, «sea quien sea», –no mencionó a Rita Barberá pero el mensaje parecía dirigido a ella– tendrá «el mismo trato».

Al término de su intervención, la reunión prosiguió a puerta cerrada pero fue muy breve habida cuenta de que no se alzó ninguna voz para replicar al presidente. Bien al contrario, diputados, ministros y barones se esmeraron en trasladar a la prensa su aval rotundo a la hoja de ruta de Mariano Rajoy.

SORPASSO DE PODEMOS EN EL CIS

Adelanto al PSOE. Los datos del barómetro del CIS de enero, difundidos ayer, muestran que poco después de las elecciones del 20-D – se elaboró del 2 al 11 de enero – Podemos se situaba por delante del PSOE en intención de voto. El partido de Iglesias logra un 21,9% de los votos frente al 20,5% de los socialistas.

PP y C’s, sin cambios. Pocas variaciones respecto al 20-D ofrecen los datos para el PP y C’s. Los ‘populares’ volverían a ser primeros y repetirían el mismo resultado, según el sondeo, mientras que el partido de Rivera descendería apenas unas décimas.

Mucho tiempo. El tiempo transcurrido desde que se hizo el sondeo hizo que ayer muchos le restaran importancia. Sánchez, el más afectado por los datos, dijo directamente que «está caduco».

EL MUNDO – 05/02/16