JUAN CARLOS VILORIA-EL CORREO
- ¿Cuánta tensión soportaría el soberanismo sin dinamitar el Gobierno Sánchez?
Eso ya está conseguido antes de ir a las urnas a cambio del apoyo al Gobierno de Madrid. Es como si se estuviera gestando el ‘procés’ bis, pero ahora con la benevolencia del Gobierno central. Illa ha enseñado en campaña algunas cartas con las que piensa jugar la partida en esa mesa por la autodeterminación y la amnistía. Hablamos de una hacienda catalana equivalente al Concierto Económico vasco, hablamos de condonar la gigantesca deuda de la Hacienda catalana, hablamos de una reforma constitucional federalizante y asimétrica para que la nación catalana encuentre un estatus de privilegio. Sin contar metas volantes ya alcanzadas en la Ley de Educación que suprimen el castellano como lengua vehicular. Eso antes de empezar a hablar y de que se conozca la fuerza real de cada formación política.
Si el bloque independentista gana las elecciones, al margen de si queda primero la Esquerra de Junqueras o el Junts de Puigdemont, la partida en la mesa de la autodeterminación Sánchez la tiene perdida si quiere seguir en la Moncloa. Pero si el ganador es el candidato del PSC entonces el ‘procés’ bis será más lento y sinuoso. No hay que olvidar que en la cocina de ese ‘procés’ estará el ministro Iceta. El que pidió diez años para ‘des-españolizar’ España y pactar un referéndum de autodeterminación.