El PSOE sigue sin una idea clara de partido ni de país

EL MUNDO 26/07/17
EDITORIAL

EL PSOE, tras ceder Pedro Sánchez a las presiones del PSC, incorporó por primera vez en su historia durante el último Congreso Federal la plurinacionalidad del Estado en su ideario. Esta decisión, lejos de cerrar el debate interno sobre el modelo territorial, no ha hecho más que encresparlo aún más. Desde entonces, los socialistas no han hecho más que dar muestras de la división que sigue generando un asunto que revela tanto la falta de un modelo de partido cohesionado como las profundas disensiones alrededor de la idea de España. Ambos déficits resultan incompatibles para un partido con vocación de Gobierno.

Las ponencias de algunas de las federaciones socialistas que han afrontado o van a afrontar de manera inminente sus congresos regionales muestran las discrepancias en esta materia. Así, mientras Susana Díaz arrincona el concepto de plurinacional y aboga por un federalismo «cooperativo», la federación extremeña se define como «profundamente autonomista» y el PSOE balear aboga por que las islas sean «miniestados». Y, en el colmo del disparate, la ponencia marco del PSOE de la Comunidad Valenciana defiende una estructura federal «asimétrica» y define al País Valenciano –en sí mismo una denominación cuestionable– como un «sujeto político y complejo cuya originalidad institucional primigenia fue borrada por el justo derecho de conquista» en los albores de los Estados-nación.

De todo ello puede colegirse que Sánchez sigue siendo incapaz tanto de acabar con las trifulcas domésticas como de fijar en el PSOE un modelo territorial nítido y consensuado entre Ferraz y los barones. Y resulta muy difícil que el PSOE vuelva ser una alternativa de Gobierno real mientras siga nadando en la ambigüedad en un asunto de este calado.