LIBERTAD DIGITAL – 21/12/15
· El resultado electoral hace prácticamente imposible que se forme no ya un gobierno estable sino un bloque suficiente para investir presidente.
En el último suspiro del escrutinio el PP ha arrebatado un disputado escaño por Granada a los socialistas. Con él, la suma de populares y Ciudadanos es de 163 escaños. Del otro lado la de PSOE y Podemos es de cuatro menos: 159, 90 para los socialistas y 69 para los de Pablo Iglesias, con una relación de fuerzas mucho más cercana en votos: 22,06% por 20,61%.
El pacto de izquierdas, además, contaría con otras posibles adhesiones para una eventual investidura, ya sea en forma de voto a favor ya como abstenciones –ERC e IU, que suman otros 11 escaños- pero más allá de ese trámite, e incluso en ese trámite, tendría que contar con hasta siete grupos parlamentarios: el propio del PSOE, los cuatro que va a formar Podemos en el Congreso –el liderado por Pablo Iglesias más los de En Comú Podem, las Mareas gallegas y Compromís-, el de ERC y los dos escaños que ha logrado sostener Alberto Garzón, que estarán en el grupo mixto.
Aunque durante la noche los socialistas se mostraban -en privado- convencidos de que gobernarán, lo cierto es que no es sencillo que logren sacar adelante ese gobierno, con 33 escaños menos que el mayor partido en el Congreso y teniendo que sacar cada ley negociándola con esa amalgama de partidos que en realidad es Podemos y lidiando con líderes regionales con tanto peso como Beiras, Colau u Oltra.
Una coalición para la que, además, no serían suficientes los partidos de izquierdas: necesitarían en cualquier caso los votos o las abstenciones o del partido de Mas o del PNV, además del apoyo –y este sí en forma de voto favorable, no bastaría la abstención- de ERC.
Y hay que ver que Pablo Iglesias y los suyos estén dispuesto a pactar con un PSOE al que se creen llamados a sustituir pero al que no han logrados superar ni en escaños ni en votos.
Rajoy intentará formar gobierno
En sus declaraciones públicas los socialistas se han mostrado prudentes: tanto Pedro Sánchez como Susana Díaz –en un discurso tan parecido que a todas luces ha sido pactado antes de sus comparecencias- han felicitado al PP por ser la fuerza más votada y han asegurado que Rajoy debe intentar formar gobierno.
El propio presidente ha afirmado desde un más que frío balcón de Génova que va a intentar encabezar ese Gobierno, pero… ¿tiene posibilidades reales de hacerlo? No lo parece: su alianza natural con Ciudadanos se queda a 13 escaños de la mayoría absoluta y será difícil que puedan contar con más votos y, ni siquiera con apoyos tan poco esperables como el del PNV –el de los convergentes de Mas es aún más impensable- llegarían a tener los 176 escaños necesarios.
Paradójicamente, el único apoyo que garantizaría a Rajoy una mayoría suficiente es el de Pedro Sánchez. El PSOE podría con su abstención –sumada a la de ciudadanos- facilitar la investidura de Rajoy: los restantes grupos podrían sumar un máximo de 97 escaños, con los que no podrían oponerse a los 123 del PP.
A partir de ahí, por supuesto, se abriría una legislatura en la que sería muy difícil sacar adelante leyes y prácticamente imposible sacar adelante unos presupuestos, lo que nos llevaría a una legislatura corta que se cerraría después de que no se pudiesen aprobar las cuentas públicas del año 2018. Volveríamos a votar en la primavera de ese año.
¿Qué ganaría el PSOE con esta abstención? Tiempo, tiempo para reconstruirse después de no haber tocado totalmente demolido y para tratar de enfrentarse con más garantías al PP y, sobre todo, a Podemos.
El más probable de los escenarios es, sin embargo, que nadie logre formar una mayoría suficiente para conseguir tan siquiera la presidencia y que los españoles tengamos que volver a las urnas en unos meses para, por primera vez, votar en algo muy parecido a una segunda vuelta.
Nuevas elecciones que serían previsiblemente en primavera. Si pasados dos meses de la primera votación ningún candidato logra mayoría suficiente para formar Gobierno las cámaras deberán disolverse de forma automática y el presidente del Congreso convocará nuevas elecciones.
Después de la constitución del nuevo Congreso de los Diputados, el 13 de enero, el Rey abrirá una ronda de consultas con los principales grupos parlamentarios. A continuación. el Rey propondrá un candidato que deberá obtener mayoría absoluta en una primera votación. Si no lo consigue se repetirá la votación en 48 horas, en la que bastaría mayoría simple. En caso de que tampoco lo consiga se abrirán nuevas rondas de contactos y se podrán celebrar votaciones sucesivas con otros candidatos hasta que se cumplan dos meses desde la primera votación. Con lo cual, de agotarse todos estos plazos las nuevas elecciones se convocarían en marzo y se celebrarían entre abril y mayo.