IGNACIO MARCO-GARDOQUI-EL CORREO

 

El plan de recuperación empieza bien. Primero, el oscurantismo, la tardanza injustificada en darlo a conocer al Parlamento y a la ciudadanía. ¿Cómo pueden pensar en Moncloa que no nos interesa, cuando nos han machacado día y noche con que va a ser la tabla de salvación de nuestras miserias, la medicina que curará todos nuestros males? Pues nada, hasta ayer no salió la vicepresidenta segunda y lo hizo solo para decir que ya ha colgado en la red las dos mil páginas del texto y ya las iremos viendo. Muchas gracias. Yo leo rápido, pero eso de leer dos mil páginas en un día para hacerle el comentario de hoy está muy por encima de mis limitadas capacidades. Quedamos para otro día.

Y ayer pasó algo que me llenó de estupor. Resulta que el mismo viernes alguien deslizó a alguien (supongo que sabrá quién a quién, pues son los habituales en el negocio de las indiscreciones interesadas), que se iba a terminar con la declaración conjunta en el IRPF de los matrimonios. Un ‘pequeño’ detalle que afecta a más de cuatro millones de personas (dos millones largos de matrimonios declaran de esa forma). Nos habían dicho que la presión fiscal subiría solo a los ricos y me alegra saber que hay más de cuatro millones de ricos en este país. Era un novedad incómoda para todos ellos, pero iba a ser muy rentable para Hacienda, pues se espera incrementar la recaudación en más de 2.000 millones de euros.

Como siempre, la airada reacción de los afectados pinchó el globo sonda durante el fin de semana y ayer nos dijo la vicepresidenta que la propuesta es una ‘errata’. Pues mire usted, será cualquier cosa, menos una errata. La medida llevaba un párrafo entero de justificación, plagado por cierto de originalidades, pues aseguraba que se adoptaba para fomentar el acceso al trabajo de las mujeres dentro, cómo no, de una política de fomento de la igualdad. No entiendo muy bien eso de castigar a los matrimonios para conseguir que las mujeres trabajen fuera de casa, pero será otra idea que cae fuera de mis capacidades.

Hay más. Nadia Calviño dijo que los miembros del Gobierno se quedaron ‘sorprendidos’ cuando se enteraron. Glorioso. ¿Nos podría decir quién ha redactado el texto, quién lo ha revisado, quién lo ha aprobado y quién ha autorizado su publicación? Bueno, pues al final parece que la reforma fiscal queda en manos de un comité de expertos (no los técnicos de Hacienda, ni los cientos de asesores, ni la AiREF, sino un nuevo comité de expertos) que ya nos dirá lo que piensa y luego el Gobierno nos dirá lo que va a hacer. Si tiene tiempo, claro.

No me negará que esto de no presentarse al examen (al de Bruselas) es una magnífica idea y una gran solución para evitar que te suspendan.