EL MUNDO – 08/12/15 – CARLOS CUESTA
· La Generalitat ya tiene las facturas para cobrar, con cargo a todos los españoles, la nueva partida del rescate autonómico: 3.149 millones, el 40% del pago anual del FLA a todas las CCAA. Una cifra que agregada al resto de rescates a Cataluña suma 50.000 millones en la legislatura. Porque mientras Artur Mas prepara la independencia ha decidido exprimir a fondo su dependencia.
Cualquiera pensaría que los gobernantes y cargos públicos de un territorio con semejantes necesidades de ayuda y con una deuda pública de 68.000 millones –2,5 veces la de Madrid– habrían decidido sumarse a la austeridad extrema como muestra de solidaridad. Es más, cualquiera podría pensar que, avergonzados por el bochorno de los casos Pujol, habrían optado por buscar el reencuentro con la sociedad en base a la más drástica rebaja de sus salarios públicos.
¿Ha sido así? Ni por lo más remoto.
El Gobierno catalán dispone en la actualidad de 378 altos cargos y directivos con unas retribuciones superiores en todos los escalones a sus homólogos de la Administración del Estado.
Así, el presidente catalán, Artur Mas, percibe 136.835 euros anuales, retribución un 75% superior a los 78.185 euros de Rajoy. Los consellers reciben 103.176 euros, un 50% más que los ministros del Gobierno central. Los secretarios autonómicos ganan un 23% más que los secretarios de Estado. Y los directores generales del Gobierno catalán perciben un sueldo superior en un 54% a los directores generales de la Administración Estatal, como demuestra el estudio realizado por Convivencia Cívica Catalana.
En resumen y de media, un alto cargo de la Administración autonómica catalana cobra un 48% más que un alto cargo del Estado.
Pero es más, el desglose de las cifras demuestra que 239 cargos de la Generalitat ganan más que el presidente Rajoy: Artur Mas, los 12 consejeros autonómicos, 32 secretarios, 110 directores generales y otros tantos responsables de área.
Así, por ejemplo, tienen sueldos superiores al de Rajoy el «Comisionado para la Transición Nacional», los responsables de las oficinas de ex presidentes de la Generalitat y, cómo no, los «embajadores» del Gobierno catalán en Estados Unidos y ante la UE.
Dirá alguno que estas diferencias están provocadas por la especial austeridad de los sueldos del Gobierno nacional. Pero tampoco es esa la justificación: los modelos retributivos en Francia, Italia o Alemania demuestran que en ninguno de ellos el presidente o consejero de una región o Land cobra más que su equivalente a nivel estatal.
Porque no hay otra explicación que la obvia: la falta de respeto por su gente; la misma que demuestran buscando en la independencia el suicidio de su propio pueblo.