Esto ya está aquí

ANTONIO BURGOS – ABC – 02/03/16

· Ya mismo va a estar aquí la Semana Santa… y ya va a estar aquí el Frente Popular como nos descuidemos.

Para que no me digan ustedes cateto ni provinciano (que lo soy, y a mucha honra), miren cómo me abro hoy de capa: «A orillas del río Potomac y de la Tidal Basin, en Washington tienen que estar ya florecidos los almendros».

¡Toma ya! ¿Cómo se les ha quedado el cuerpo? Y no creo que José María Carrascal, que tantos albores de primavera anduvo por aquellos andurriales, me haga una corrección fraterna. Tengo plena seguridad en cuanto acabo de decir sobre los almendros guachis (que diríamos en andaluz, los almendros de Washington) por una sencilla razón: porque ya han abierto las flores de los naranjos de Sevilla. Lo digo por los naranjos y lo digo por la luz. Acabo de caminar bien de mañana por una ciudad en la que estaba abriendo tempranito la ya nada dudosa luz del día. En Sevilla ya hay luz de Semana Santa. No hay nada que nos guste más que sentir la cercanía de los días del gozo, en la cervantina certeza de que el camino es siempre mejor que la posada. El sevillano, con el almanaque del gozo, en cuanto pasa la última carroza de los Reyes Magos y canta en Cádiz la última chirigota, te dice:

—Hoy hace ya noche de Madrugada fresquita. Sólo falta la luna llena. O bien: —Hace tarde de ver ya capirotes blancos camino de una cofradía.

Yo he visto ya esa luz. Y por si no lo hubiera advertido, un sevillano clásico me lo ha corroborado, cuando he pegado la hebra con él por la calle:

—¿Se ha dado usted cuenta de que hoy hace ya luz de Semana Santa? ¡Esto ya va a estar aquí!

Y mirando la fecha del almanaque no en busca del Domingo de Ramos, sino del calendario de la investidura del osado y ambicioso Sánchez (que con tal de llegar a La Moncloa es capaz de matar a su padre si necesario fuere o como condición se lo pusieren sus socios en los pactos), al buen hombre columbrador de la claridad con fecha de los días del gozo le he echado sin querer un jarro de agua fría por lo alto, como en aquel concurso absurdo que hubo, en que la gente se tiraba cubos y baldes de agua helada por la cabeza:

—Sí, amigo: esto ya va a estar aquí, como usted bien dice. Ya mismo va a estar aquí la Semana Santa… y ya va a estar aquí el Frente Popular como nos descuidemos.

Otros andan mirando las previsiones del tiempo, para ver si el Domingo de Ramos va a llover o no. Hogaño, servidor mira predicciones que no tienen nada que ver con las que hace José Antonio Maldonado para el día que sale la cofradía de sus consultantes. La predicción que miro, no con miedo, con pánico, es el tiempo político que va a hacer de aquí al viernes 4. Si Sánchez va a quedar como Cagancho en Almagro o un poquito peor, por no saberse la tabla de sumar antes de meterse en estos libros de caballerías; o si, por el contrario, se corrobora mi tesis de que lo suyo con Rivera (no Ordóñez, sino el otro) es un paripé que mire usted… Y que lo que de verdad quiere es formar un Frente Popular con todo el rejú de la Castuza antisistema y separatista, y que, haciendo la cesta con tales mimbres como los del Coleta de la Caleta (quien ayer saludaba la excarcelación del asesino Otegui como si fuera un héroe de la democracia y una víctima de la libertad), más que Frente Popular habrá de ser Frente Populachero, no Populista.

Y cuando el sevillano clásico, a la luz de los naranjos en flor, oyó el barrunto de mis temores, como es hombre leído y conocedor de nuestra Historia, me dijo:

—Total, que este Sánchez lo que quiere de mayor es ser Largo Caballero.

Dios quiera que en las votaciones le digan como la vieja copla de la murga sevillana de la Alameda sobre el Lenin Español: «¡Largo, largo,/largo, caballero!». A ver si se estrella (sublime) y Susana lo larga, caballero.

ANTONIO BURGOS – ABC – 02/03/16