ETA consuma su farsa con solo un vídeo de «verificación» y sin entregar armas

ABC 22/02/14

· Los asesores internacionales dicen que la banda «ha puesto fuera de uso operativo una cantidad determinada de armas», pero no aclaran dónde y exigen que no se detenga a los etarras.

· Un desarme mínimo Un fusil, una pistola, dos revólveres, dos granadas y 16,5 kilos de explosivos componen el amago de desarme.

En las imágenes, armamento y explovisos aparecen expuestos en una mesa blanca junto al anagrama de ETA en una sala decorada con una reproducción del ‘Guernica’ de Picasso.
Una imagen del vídeo enviado a la BBC donde aparecen el armamento y explovisos  junto al anagrama de ETA en una sala decorada con una reproducción del ‘Guernica’ de Picasso.

 

ETA mostró ayer un primer «señuelo» con el que escenificar su supuesto desarme a plazos, pero sin que asome una entrega efectiva de sus arsenales a las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado ni voluntad alguna de disolverse ni pedir perdón. Fue, como se esperaba, el primer acto de un «teatrillo» inflado que llegaba convenientemente avalado por un grupo de «verificadores» internacionales de la confianza de ETA y que exhibió un «botín» raquítico de apenas 3 pistolas y 16 kilos de explosivos «fuera de uso» como prueba «creíble y significativa» de la voluntad de ETA de desarmarse. La farsa estuvo también amparada por el Gobierno vasco del PNV y su lendakari, Iñigo Urkullu, que comprometió su «apoyo» a este desmantelamiento en abstracto, en una búsqueda indisimulada por salir en la foto de la «paz». Con todo, el lendakari no pudo ocultar su decepción tras conocer el alcance ridículo del «sellado» logrado por los «verificadores», que hasta Urkullu consideró como un «paso pequeño, no suficiente». Como ya adelantó ABC, los asesores internacionales piden «impunidad» para los etarras que participen en estas maniobras de supuestos sellados de pistolas y advirtieron de que en el caso de que haya detenciones, el «desarme» de ETA podría sufrir «un parón»

A través del altavoz ofrecido por la comisión internacional de verificación (CIV) de Ram Manikkalingam, natural de Sri Lanka, la banda terrorista se presentó dispuesta a un desarme «unilateral», aunque sin calendarios ni voluntad de entregar nada a la Policía o Guardia Civil, los únicos «verificadores» reales según recordó el Gobierno. El único dato objetivo novedoso ayer fue que los terroristas enseñaron en un vídeo grabado en enero con los mediadores una «cantidad» irrisoria de armas «fuera de uso». Un rifle, tres armas cortas y 16,5 kilos de explosivos, cuando en su haber se calcula que podrían conservar al menos 250 pistolas de la partida robada en Francia en 2006 y más de 10.000 kilos de explosivos. La cinta, que nadie dijo dónde había sido grabada, fue enviada a la cadena británica de televisión BBC buscando así el ansiado eco internacional a su «buena disposición» frente a un Gobierno inflexible, que no accede a negociar una «solución» para sus presos.

«Sin condiciones»

El ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, reiteró ayer el mensaje de fuerza de los últimos días: frente a los intentos de «teatralización» de una banda «derrotada» que ensaya ahora con un desarme por entregas, el Gobierno y la sociedad española exigen su «disolución definitiva, sin condiciones ni concesiones». Aunque el titular de Interior dijo que cualquier paso hacia la entrega de arsenales es «positivo», no lo es su escenificación y propaganda interesada, que es lo que buscó ayer ETA con la puesta de largo de los portavoces extranjeros en el clásico hotel Carlton de Bilbao.

El grupo de Ram Manikkalingam se había encargado los días previos de inflar el alcance de su convocatoria.

Ellos mismos telefonearon a periodistas extranjeros avanzando un «hecho histórico» en Bilbao, que finalmente enfrió las expectativas de hasta los más optimistas, por más que el ente público vasco EiTB se volcara con una programación especial en directo.

ETA, según dijeron en una comparecencia sin preguntas, les solicitó «de manera confidencial», en abril de 2013, que comprobaran el «sellado y puesta fuera de uso operativo» de sus arsenales, en un «proceso» presentado como «unilateral». Y según su relato, leído en español y en inglés, así lo hicieron el pasado mes de enero cuando, en su presencia, miembros de ETA les presentaron «una cantidad» de armas, munición y explosivos que dejaron inutilizables. Nadie explicó quién custodia ahora el material o si se destruyó. La comisión reconoció después que ignora cuanto armamento le queda a ETA.

Un «inventario» famélico

Sí se adjuntó un «inventario» famélico, que se compartió con los periodistas. En total figuran un fusil largo, una pistola, dos revólveres, 38 bal as, dos granadas, 1 6, 5 ki l os de explosivos, 190 metros de cordón detonante y nueve detonadores. La lista con el material, a todas luces irrisorio para una banda armada que ha asesinado a más de 800 personas, está redactado y firmado por ETA y la comisión de verificadores. Dos miembros de cada parte, incluido Makkanigman, aparecen en el vídeo enviado a la BBC, en el que figuran detrás de una única mesa con el «arsenal» y sobre una fotografía del cuadro «Guernica» de Pablo Picasso.

Fuera ya de foco se desgañitaron por hacer llegar a los Gobiernos de España y Francia un mensaje pidiendo impunidad para los terroristas que participen en su desarme pactado. «Si tienen que ir a recoger armas», dijeron sobre los etarras aún en clandestinidad y reclamados por sus crímenes, «necesitan ir sin que los detengan». De hecho, Manikkalingam y compañía justificaron que el material expuesto a modo de gesto de ETA fuera tan raquítico, por las dificultades que tienen los etarras para desenvolverse. Pero el ministro del Interior de Francia, Manuel Valls, lo dejó ayer nuevamente claro: ««No estamos en un proceso de paz, estamos en una proceso de lucha contra el terrorismo».

Mientras, el lendakari Urkullu, prometió a los «verificadores» su «colaboración», que «no será económica» y sí presionará a Rajoy para que no haya arrestos. En las reuniones con partidos, sindicatos, patronal e Iglesia, los «verificadores» solicitaron un margen de tiempo («several months», varios meses) para lograr el desarme completo de ETA.

ABC 22/02/14